Las «coronaparty» son sitios de contagio de la COVID-19 porque los asistentes no respetan el distanciamiento físico y relajan las medidas preventivas
Con el mes de julio y el mes de agosto aumentaron las fiestas: de graduación, de fin de curso, de vacaciones. Creemos que, por ser pocos, no estamos en riesgo de contagio del coronavirus, pero ¿realmente es así?
La actividad social se ha reactivado y la gente se está reuniendo, ha hecho celebraciones y piensa que 10 personas en un apartamento es una reunioncita, y no es así, señala la infectóloga Patricia Valenzuela.
El tapabocas que mantenemos en la calle seguro nos lo vamos a quitar al estar en casa de los amigos. El saludo con el brazo con el que despachamos los encuentros callejeros se convierten en besos y abrazos en las fiestas. El distanciamiento social se convierte en algo difícil, por no imposible, de cumplir durante la «coronaparty».
Al estar en una celebración hay cercanía y contacto físico, y todas las medidas que ponemos en práctica cotidianamente pierden su efectividad, subraya Valenzuela.
No es momento de hacer visitas ni de participar en festejos, insiste la infectóloga.
Aunque esta semana es de flexibilización del confinamiento los expertos insisten en que la COVID-19 sigue en fase de ascenso. Todavía no hemos llegado al pico, alertó la semana pasada el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Enrique López-Loyo. La grave situación social predispone al contagio, alertó el académico.
Las «coronaparty» están prohibidas en líneas generales ,al impedir las aglomeraciones como medida preventiva en la epidemia. No pocos municipios las han convertido en una actividad casi delictual al sancionarlas con charlas y detención.