Ese gobierno de emergencia debería ocuparse de: asegurar que los Poderes Públicos se constitucionalicen; la recuperación urgente del salario real de los trabajadores y la reapertura de Venezuela al mundo para traer capital privado que permita reactivar la industria petrolera, detalló el exparlamentario
La situación de Venezuela es tan complicada que el país necesitará medidas excepcionales, como una reforma constitucional, un vicepresidente de consenso nombrado por la Asamblea Nacional (AN) y un gobierno de unidad nacional, propone el dirigente opositor Enrique Ochoa Antich.
La Venezuela post-pandemia se encontrará a las puertas de una catástrofe social con «una violación masiva de los derechos humanos» y «con riesgos de hambruna» para vastos sectores de la población.
Ochoa Antich cree que una crisis de esta magnitud no puede enfrentarse con un país fracturado. Se requiere que como los libertadores en el siglo XIX y los demócratas en el siglo XX, los venezolanos del siglo XXI seamos capaces de unirnos para salir de la pobreza y del atraso, argumenta el exdiputado Ochoa.
Por eso reiteró su propuesta de reforma constitucional (artículos 187, 226, 236, 238 y 239) para facultar a la próxima AN a designar a un venezolano de consenso para ser vicepresidente, con rango de jefe de gobierno y manteniendo al presidente como Jefe de Estado y de la Fuerza Armada.
Esto obligaría a formar un gobierno de emergencia y unidad nacional de tres años que pueda unir los mejores talentos por encima de las diferencias políticas.
Ese gobierno de emergencia debería ocuparse de: asegurar que los Poderes Públicos se constitucionalicen; la recuperación urgente del salario real de los trabajadores por vía de una reactivación de la economía a partir de la reprivatización de miles de empresas estatizadas; la reapertura de Venezuela al mundo para traer capital privado que permita reactivar la industria petrolera.