«En este momento necesitamos acompañamiento para poder generar mecanismos de resolución de la crisis. Necesitamos terceros. México lo ratifica. Ojalá otros países de buena voluntad nos ayuden a ponernos de acuerdo para resolver las cosas que están pendientes», subraya el coordinador de Provea
Dos palabras se han convertido en un clamor para las organizaciones sociales venezolanas: derechos humanos. A su defensa ha dedicado su mejor esfuerzo, durante todo el año, el coordinador del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), Rafael Uzcátegui. El Fanzinero (su identidad en Twitter)
«La situación de derechos humanos es muy dura. Hay una situación de exclusión y solo un millón y medio de venezolanos ha visto mejorar su condición económica, porque son parte de la economía dolarizada, pero 27 millones y medio restantes siguen en situaciones muy complicadas. Nosotros queremos seguir alertando sobre eso, y sobre la necesidad de seguir manteniendo canales humanitarios de apoyo a la gente que lo necesita».
La crisis venezolana «es muy delicada», afirma. «Pero como refleja el concepto de los diálogos en México, en este momento necesitamos acompañamiento para poder generar mecanismos de resolución de la crisis. Necesitamos terceros. México lo ratifica. Ojalá otros países de buena voluntad nos ayuden a ponernos de acuerdo para resolver las cosas que están pendientes».
-Sobre México, ¿qué expectativa tendría Provea?
-La primera perspectiva es que el mecanismo se mantenga. Que se mantenga el espacio de diálogo y de conversación entre las partes. Venimos de experiencias previas que, lamentablemente, no han prosperado. Lo primero que deseamos es que este primer paso sea acompañado del paso siguiente. En segundo lugar esperamos que el tema de derechos humanos esté en en el medio de la conversación; que no solamente se priorice lo electoral, que no solamente se prioricen las sanciones, que son dos temas importantes, sino que el tema de derechos humanos esté presente.

-Se supone que está presente si está presente lo social. ¿O hay otros derechos no incluidos?
-El temor es que tenemos es que, en un contexto preelectoral, este espacio sea utilizado para debilitar o fortalecer al adversario. Es previo a las elecciones. Bueno, que el espacio de mantenga. Y que esa voluntad le llegue a la gente. No nos sirven los diálogos de élites si eso no llega a donde tiene que llegar.
-¿Cómo se incorporan las organizaciones de derechos humanos?
-Hay un mecanismo de consulta y participación anunciado hace un año. No se ha ejecutado. Seguimos presionando para que ese convenio de ocho puntos que se acordó hace un año se retome, sea parte de estas conversaciones, y que ese mecanismo pueda incorporar las demandas ciudadanas. Nosotros no queremos, como ONG, estar sentados en la mesa. Lo que sí queremos es que los mensajes, las propuestas, se escuchen y se conversen allí también.
-Si pudiera plantear una agenda ¿qué debería ser lo prioritario?
-En este momento la situación del derecho a la alimentación, derecho a la educación y derecho a la salud. Esos tres sectores son parte del eje priorizado; falta electricidad. Lo que nosotros queremos es que esos recursos se ejecuten y lleguen a la gente. Ojalá que sean dirigidos a la gente que más lo necesita en este momento.