Candidato a diputado por la Guayana Esequiba con el respaldo de UNT y de Unión y Cambio, Honore propone derogar el decreto del Arco Minero del Orinoco y aplicar la fórmula 1X1 y 1X2 a las trasnacionales mineras: 1X1 para que, por cada gramo de oro obtenido, se invierta en la zona; y 1X2 para que, por cada hectárea afectada, se restituyan otras dos
Al son de las preguntas, lo primero que aclara Luis Felipe Honore, candidato a diputado de la Asamblea Nacional (AN) por la Guayana Esequiba con el apoyo de los partidos Un Nuevo Tiempo (UNT) y Unión y Cambio, es que la Guayana Esequiba no es el Esequibo. Es decir, la población no votará para tener un diputado del Esequibo, sino un legislador de un nuevo estado constituido por un municipio del estado Delta Amacuro (Antonio Díaz) y dos municipios del estado Bolívar (Gran Sabana y Sifontes).
«Es la Guayana Esequiba, algo muy distinto del Esequibo», puntualiza. «Va a tener seis diputados a la Asamblea Nacional, seis diputados al Consejo Legislativo y un gobernador, por primera vez». Antonio Díaz «era el municipio más grande de Delta Amacuro, tiene una salida al Océano Atlántico», recuerda.
El Esequibo «no se está tomando, no se está ocupando; esa es la realidad. No existe una ocupación territorial», precisa. «De hecho, la capital, desde donde se va a gobernar, es Tumeremo».
Honore es el aspirante a legislar por un estado que no existía, y alrededor del cual hay conflictos de intereses agudizados por el decreto de creación del Arco Minero del Orinoco. No es su primera vez en la lucha social y política, porque militó con UPP89, pero esta organización se quedó sin tarjeta luego de apoyar la candidatura de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales.
«Venezuela es mi razón. Venezuela es la razón de esta contienda y de este desafío y por eso una de mis propuestas es la derogación del decreto del Arco Minero del Orinoco impulsada por una fracción de diputados» alarmada «por la trata de personas, explotación sexual infantil, paramilitarismo, coerción, extorsión de todo tipo, además del daño ambiental que se está causando».
Intentó ayudar a Carlos Chancellor, exalcalde de Tumeremo hoy encarcelado, al postularlo como candidato a la AN, pero no fue posible. Como lo relata, tampoco les permitieron inscribir a los familiares de Chancellor porque «el sistema los pone como inhabilitados». Fue Raúl Yusef, encargado de UNT en el estado Bolívar, que se abrieron las puertas para liderazgos como el suyo. Honore va en la fórmula para la gobernación de la Guayana Esequiba que encabeza el abanderado Alexis Duarte.

Pacificadores por el voto
«Los pacificadores como yo defendemos el voto. No creo en intervenciones extranjeras para la salida de un gobierno como el que tenemos. Nuestra opción es el voto, y votamos para seguir demostrando que somos mayoría y que el sentimiento de cambio se mantiene intacto y en crecimiento. A cualquiera que le preguntamos si quiere un cambio, nos responde que sí, aunque la intención del voto está por el suelo porque la gente está desmotivada y decepcionada», argumenta.
Sin embargo, Honore insiste en su tesis: «El voto es la única herramienta de cambio que tenemos los pacificadores para seguir luchando. Al menos, en mi caso». Acota que apoya a María Corina Machado «de manera incondicional» y remarca que «la página del 28 de julio (de 2024) la seguimos escribiendo, nadie la ha pasado». A su juicio, «mientras luchemos por la igualdad y la justicia, esa página se sigue escribiendo».
-Machado no lo ve así.
-Es un tema de perspectiva. Gracias a dios tenemos un pueblo que razona, que piensa, que reflexiona sobre esos temas. Una frase que decía Reinaldo Quijada: «No podemos construir el éxito de una propuesta apostando al fracaso de la lucha de otros». Por participar no nos pueden decir traidores.
Honore considera que esta situación «es ilegitimable» y opina que se está dando un mal uso a las palabras legitimar y legalizar. Defiende su reputación y su trabajo de años por encima «de lo que puedan decir unos bots, que si alacrán y todo eso».
-¿Se considera alacrán?
-Para nada. Algunos me han llamado de otras maneras. En Bolívar me decían «el azabache de Bolívar» porque era el protector del pueblo. Lo de alacrán no aplica, con el respeto de este animal.
Reflexiona sobre el poder y el poder, y esgrime que hay que votar porque no se le puede dar más poder al poder.
Para hacer campaña se sostendrá en la solidaridad a in de llegar a las comunidades más alejadas. «Mi campaña será cara a cara» y hay «una estructura de UPP89 muy fuerte en Gran Sabana». La gente en la zona «no está en la narrativa de no votar; por el contrario, hay un deseo de revancha y un ‘vamos a vencerlos, vamos a votar otra vez'».
Estima que puede derrotar la maquinaria del PSUV porque «las candidaturas son muy malas» y hay personas que no son de la zona ni se han desempeñado en ella. «Cometieron el error de consultar a sus bases y no escucharlas; al final, colocaron a personas que no fueron postuladas por las bases, y eso el chavismo original, el ‘chavismo de la mata’ lo ve como una burla, y ellos sí que saben castigar con su voto este tipo de prácticas».
Según Honore «hay excesos que el pueblo los ve. Otro punto es el descontento, que queremos capitalizar en un voto masivo: que el mismo pueblo que salió el 28 de julio se motive, se anime a ir a votar».
El candidato evalúa que el sistema de transmisión de votos «es confiable» y sostiene que «si se pudiera vulnerar, el oficialismo lo habría hecho el 28 de julio» en lugar «de llegar a la ‘caída’ de la página del CNE». Pero, consciente de que las mesas son cruciales, asegura que están creando «un sistema de solidaridad mutua con los pueblos indígenas» y con pequeños mineros. «Para la Gran Sabana yo llevo mi carpa y acampo allí».
Su 1X1 y 1X2
Le indigna que a los pequeños mineros los detengan o los señalan mientras «las trasnacionales trabajan con condiciones sumamente favorables, y lo que se extrae no se declara del todo al BCV». Por eso, en su oferta electoral suma la derogación del decreto del Arco Minero del Orinoco, un hospital para San Martín de Turumbán, la recuperación de la vialidad y los servicios públicos y una ley para la protección de la vida y la familia.
Admite que «no existe la minería ecológica» y que quiere trabajar en una reforma minera «que involucre a todos los actores de la vida minera», que «sea más verde y que proteja al pequeño minero». Subraya su propuesta de 1X1: «Por cada gramo de oro las trasnacionales deben estar obligadas a invertir en hospitales y en educación. La mejor universidad debería estar en el sur». Agrega otra exigencia: El 1X2, porque «por cada hectárea devastada debe haber dos de recuperación de capa vegetal y siembra de árboles» para compensar el daño causado.
«El poder de estos sistemas reside en el miedo. Si no tenemos miedo, ellos ya no tienen poder sobre nosotros. Creo que el pueblo va a valorar eso. No vamos a ser la voz de los que no tienen voz; no creo en el cliché, porque sí tienen voz, pero no los dejan hablar. Nosotros, desde la AN, queremos que se escuche la voz de los que sí tienen voz: que la voz de los pueblos originarios se escuche, que la voz de los habitantes del sur del país se escuche en la Asamblea Nacional».