En la elección del 25 de mayo hay distintos espacios. Están los gobernadores, los diputados por lista nacional, por lista regional y los uninominales que serán elegidos por los circuitos.
Ninguna campaña electoral, pero los diputados uninominales deben una pelea cuerpo a cuerpo en su lucha por los votos, con su nombre puesto en la mesa, más allá de la fortaleza de la plataforma que los acompaña.
Este el caso de Lila Vega, pediatra, madre y abuela, activista por los derechos educativos desde la Red de Madres, Padres y Representantes, y ahora candidata a la Asamblea Nacional por el circuito dos del estado Miranda postulada por los partidos Un Nuevo Tiempo y Unión Cambio
-¿Por qué votar?
-Porque es mi derecho y no voy a dejar de hacerlo.
-Es su derecho, pero… qué le dice Lila Vega a la gente que sostiene que su derecho al voto y el voto mismo no ha sido respetado.
-Y hay muchos otros derechos que no se respetan. Por ejemplo, el derecho a la educación de los niños que solo van a la escuela dos días a la semana. Y eso no puede esperar. No puede esperar a que mágicamente se obtenga una solución. Yo no me voy a quedar en mi casa esperando que haya una solución mágica, mientras los millones de niños venezolanos, que deberían estar yendo a la escuela cinco días a la semana, solo van dos días de clase. Tampoco pueden esperar las personas que tienen condiciones de salud que no logran ser atendidas. ¿Qué le decimos a esa gente?
-¿Estás elecciones pueden cambiarlo?
-Sí, claro.
-¿Cómo?
-Uno: todos sabemos lo que sucedió el 28 de julio y esta es una oportunidad de usar el voto como un acto de protesta y de rebeldía. El mensaje es: ¡te lo voy a repetir! Esto fue lo que pasó el 28 de julio. ¡¿Estás escuchando?! Segundo, cuando lleguemos a la Asamblea Nacional, o los candidatos a gobernadores lleguen a las gobernaciones, hay mucho que se puede hacer. A pesar de las circunstancias.
Asegura que desde el Poder Legislativo actual “no ha hecho el trabajo que le toca como un ente independiente porque ha sido sometido a las indicaciones del Ejecutivo. Esa no es la función de la Asamblea Nacional”.
“El Parlamento tiene que hacer contraloría y tiene que hacer leyes. Hay problemas especiales que responden a leyes. Tú puedes luchar por una ley especial que provea de fondos al Estado para que los niños tengan las vacunas que necesitan, o atender la mora quirúrgica, que es esa cantidad de personas que necesita operarse las cataratas y no han podido, que tienen una vesícula enferma y no han podido operársela. Tú puedes hacer una ley que resuelva ese problema. A eso estamos apostando, a alzar la voz por las necesidades urgentes de los venezolanos y eso se puede hacer desde la AN”, señala la reputada pediatra que aspira una curul en el Palacio Legislativo.
-Nos dicen otros candidatos que el sentimiento que encuentran en la calle es de decepción: ¿Cómo utilizar ese sentimiento de decepción para volverlo fuerza de voto?
-No es fácil, porque la gente está molesta y tiene razones claras para estar molesta. El planteamiento es: ¿cuál es la alternativa? ¿Qué resulta de estar decepcionado y no hacer nada sino esperar? ¿Qué resulta de estar decepcionado y usar esa fuerza para intentar cambiar las cosas nuevamente? Para volver a decir lo que queremos hacer. Hay personas que no están abiertas a escuchar argumentos, yo lo puedo entender. Las respeto. Pero hay otras que están tan bravas como estoy yo, que de entrada te dicen que no quieren votar, pero se conectan con algo que le dices y empiezan a escuchar y se lo piensan.
Asegura que se ha encontrado “mucha gente así. Me he encontrado con gente que tiene necesidades urgentes, que tienen que ser resueltas. Esa gente va a votar porque no pueden esperar, literalmente no pueden esperar. Entonces, hay de todo en el panorama. Hay la gente muy decepcionada, a quienes respeto, comparto sus emociones y están los que están igualmente decepcionados, pero están abiertos a escuchar un argumento y están los que dicen ‘dónde hay que firmar, que hay que hacer para ir a votar’. Hay de todo”.
-Para ganar una elección hace falta mucho más que los votos. Hace falta defender los votos. ¿Existe la estructura, por lo menos en el circuito donde usted está, para defender esos votos de la oposición?
-Esa parte afortunadamente a mí no me toca porque yo no tengo ninguna característica que me haga una buena gerente de esas cosas. Pero sí la están trabajando. Va a ser un reto. Va a ser un reto por todas las circunstancias que conocimos en la elección anterior. Pero sí, estamos construyendo el equipo para defender defender el voto.
Se detiene un poco a pensar, no refleja angustia, parece que la pediatra que genera tranquilidad a los niños a los padres en su consulta se manifiesta en su conducta, sin embargo al hablar su voz sí expresa la preocupación que la embarga: “Votar no va a ser fácil, es decir, tenemos una campaña ultracorta fuera del tiempo que debería corresponder, además dividida de forma anormal, es decir, no tocaba esta elección. La de la Asamblea Nacional tocaba con las de presidente y las de gobernador y consejos legislativos tocaban más adelante. Esto es parte de la estrategia para decepcionar, para desestimular el voto y demás. Así que también hay mucho trabajo que hacer para lograr el voto, pero vamos a defenderlo también”.
-Ha sido activista por los derechos humanos, por los derechos sociales, los derechos de los niños. No había estado en política electoral. ¿Por qué ahora sí?”
La entrevistada vuelve a quedarse pensativa y dice con reflexiva: “Eso es una buena pregunta. ¿Qué bicho le picó a Lila Vega?”
-Algunos le preguntarán: ¿Por qué dejo de ser activista y se metió politiquera?
-El sacerdote de mi comunidad, de mi parroquia cada vez que me veía decía: «Aquí viene mi rebelde con causa». Yo abrazo causas y trabajo duro. Me apasiona, me mueve, me emociona. Yo soy pediatra, mamá además abuela. La medicina es una profesión, que aunque te acerca a la gente, requiere mucho tiempo de estudio, revisión, trabajo, guardias, o sea, te aleja un poquito de la vida social del país. Pero cuando mis hijas entran a la escuela, año 2000, decreto 2011, digo yo tengo que hacer algo. Abracé la causa del respeto a las escuelas y a la educación de los niños y tratar de repeler el intento de la ideologización de la educación. Y ahí comenzó. Me metí en eso. Me metí en el tema educativo. Me emocionó, he hecho mucho de trabajo comunitario con salud sexual y reproductiva, porque también entiendo que es un tema fundamental, el tema de género. Me encontré haciendo cosas con la gente. Yo recogí firmas, hablé con las personas. Ese mundo me gusta, pero ese no era mi mundo. Mi mundo era la consulta, entender la pediatría y hacer ese tipo de activismo.
¿CÓMO ACEPTÓ?
Quisimos conocer cómo fue el proceso para tomar la decisión de postular su nombre a la AN y nuestra entrevistada aceptó contarnos la historia a manera de anécdota.
“Hace dos meses en un almuerzo familiar, yo saco el tema, mira vienen elecciones, habrá que votar. Y mi hermano dice: ¿cómo que habrá que votar? Claro, hay que votar le respondí. Mi hija me dice la gente tiene miedo ‘yo no sé siquiera si vamos a tener candidatos’. Y yo de puro rebelde con causa dije, si a mí me lo proponen, yo acepto. Ahí no había nadie que pudiera proponérmelo. Estaba mi hija, mi cuñada, mi hermano. Pero me lo propusieron el sábado 19 de abril a las 11:30 de la noche. Y dije que sí”, contó la activista por los derechos educativos.
Señala que no tuvo que reflexionar la propuesta, porque ese era un proceso que ya había sucedido: “Ya lo había decidido”.
-¿Cómo se la lleva entonces una pediatra activista por los derechos de los niños en la jungla de la política? Dicho sea de paso, la fauna que allí habita no tiene buen fama.
–No estoy diciendo que sea inmerecida en su totalidad, pero tampoco es totalmente merecida. Yo podría ser la madre de todos mis compañeros de campaña. Pero me maravilla su capacidad para conectarse con la gente. La gente con la que estoy trabajando se conecta, ama su trabajo. No es un trabajo fácil. Nos han caído chaparrones, yo estaba metida como si fuera la hermana y no la madre. Y sí, puede haber algún tema de envidia, de quítate tú, apártate de aquí, pero eso está en mi profesión también, es decir, es parte de la naturaleza humana. No tengo nada malo que decir, de verdad.
-Estamos en un escenario político donde se ve un chavismo amalgamándose frente al enemigo externo y tenemos a una oposición atomizada, con divisiones naturales y otras artificiales. ¿Qué le dice eso a la gente?
-Es natural que esté pasando, además es por diseño. Pones una cantidad de trabas, generan una cantidad de frustraciones para que la gente se ponga brava. Cuando tú estás bravo es más fácil pagarla con el que es como tú, que está a tu lado y no contra el poder, que es el verdadero enemigo. Es natural. Los seres humanos somos así.
-¿Cómo es eso? Que me lo explique la doctora.
-Pasa mucho en los niños cuando uno ve asuntos de acoso escolar o cosas por el estilo. Es más fácil si a ti te pegan en tu casa ir a pegarle al niñito que contestarle el golpe a tu papá. Tu papá tiene el poder, es más grande que tú, ¿con quién la vas a pagar? ¿Con tu papá que es el opresor? La vas a pagar con el muchachito que tiene dos años menos que tú. Pasa en los hogares con temas de abuso de mujeres. El hombre llega a la casa frustrado porque su jefe abusa de él, lo maltrata y llega a pagarla con su mujer. Ese comportamiento es frecuente. Es naturaleza humana. Pero a eso tenemos que darle un para‘o. Porque no es justo. No está bien y no resuelve el problema. El problema se resuelve parándote frente a quien está maltratándote.
¿PELEAR O HUIR? HAY OTRA ALTERNATIVA
Lila Vega hace una pausa y no se logra precisar si la que está elaborando el complemento de la respuesta es la pediatra o la activista devenida en candidata a la AN, hasta que señala: “La otra cosa que también es natural, pero no es la respuesta que naturalmente buscamos, es que cuando tenemos una situación de amenaza, nos preparamos para pelear o huir. Todo el mundo asocia a la situación de amenaza con la pelea o la huida. Y en Venezuela estamos peleando o estamos huyendo al exterior. Pero, también está la parte de esa respuesta de estrés, que es la de la colaboración.
“Nuestro cerebro biológicamente está preparado para generar una respuesta de lucha, generar una respuesta de huida o generar una respuesta de colaboración. Es decir, nuestros antecesores humanos colaboraban para matar al mamut que necesitaban comerse durante el invierno. Entonces, la colaboración también es una respuesta natural. Hay que entender a la gente cuando responde queriendo pelear o queriendo huir. Pero hay que decirle que existe una tercera opción: “Vamos a colaborar. ¡Mira lo que te tengo!”, señala Vega.
-El escenario político, que describí anteriormente, repite de alguna forma el escenario político del 2021. Un factor de la oposición que llama a la abstención y otro sector que está participando: mismos caminos llevan a iguales destinos.
-Yo creo que en efecto hay diferencias en cómo nos imaginamos el futuro. Es decir, yo sí creo que hay un grupo de la oposición, y yo vengo vinculada a ese grupo de gente, que cree que la manera en que resolvamos este conflicto, que ya tiene 25 años, va a prefigurar lo que vamos a poder construir. La única manera que nosotros tengamos un país en paz es que nosotros logremos estos cambios en paz, en esta lucha ciudadana y no en una lucha que usa otras herramientas. Si esa diferencia es real, es decir que hay gente que piensa que debe hacerse de otra manera, pues yo creo que hay que aceptar que hay esa diferencia. Hay echar para adelante con lo que tenemos. ¡Ojo! Que queramos un cambio en paz no significa que no seamos combativos.
-¿Qué le dice Lila Vega al chavismo? A esa gente que siente que va a perder lo que logró. A esa gente que piensa que vienen por ella y le han ofrecido una braga anaranjada.
-Que este país solo lo podemos construir con todos los venezolanos. Que no hay manera de hacer un cambio y tener un nuevo país sin todos, o sea, sin todos y cada uno. Como miembro de la Red de Madres, Padres y Representante he tocado la puerta del Ministerio de Educación las veces que ha sido necesario, me he sentado en esa mesa las veces que ha sido necesario, y he obtenido logros gracias a que me senté ahí. Una vez con Héctor Rodríguez me tomé un café, después de años peleando el derecho de la educación, de la decisión de los presupuestos de las escuelas. Antes nos habían cerrado las puertas en el ministerio, yo coincidí con él, que no tenía idea quién era yo, nos tomamos un café y le digo: “mire, por cierto, hemos introducido no sé cuántas cartas al ministerio para este problema”. El tipo es papá y tiene los hijos en una escuela que también debe manejar un presupuesto, ayudó y se resolvió el problema. Entonces, hay que hablar. Es necesario además tener diferencias de opinión. Yo quiero escuchar a todo el mundo, quiero crecer con todo el mundo y sin duda este país solo se puede hacer con todos.
-¿Tiene una agenda? Si le toca decir estos son los puntos que yo llevo a la Asamblea Nacional… ¿cuáles serían?
-Hay temas de salud urgente que se pueden abordar. El tema de las vacunas es uno, el tema de la atención de esta mora quirúrgica es otro, el tema de las enfermedades crónicas es otro, que son problemas que tienen abordajes relativamente sencillos. Hay otros problemas más complejos, pero estos tienen un beneficio importante rápidamente si logramos pasar una ley que las apoye.
-¿Es en el ámbito de la salud y la educación?
-Darle las condiciones a todos los educadores de todos los niveles para que puedan hacer su trabajo y que no tengan que estar pensando cómo van a llegar a la escuela o cómo van a comer sus hijos. Esa es una urgencia que está adentro de mis planes.
-¿Se puede hacer?
–Yo creo que sí. Porque todo el mundo dice que este gobierno no tiene dinero. Pero yo veo las autopistas alfombradas de grama. Me parece el paisajismo maravilloso. A mí me encanta tener un bello paisajismo, pero yo no sé si esa es la prioridad. Yo no sé si tú tienes tu nevera vacía, tienes cuatro muchachos esperando para comer y tú decides comprar un ramo de flores. Chévere el ramo de flores, pero… ¿dónde están tus prioridades? Yo no creo que esta crisis pueda resolverse rápidamente y va a haber que establecer prioridades y estudiar qué dinero puede resolver qué cosa. En la asamblea hay una obligación de que por lo menos podemos hacer ruido.
-¿Qué le dice Lila Vega al hombre y a la mujer, al joven, a la joven del circuito dos de Miranda?
-«Que crea que es posible. Que vote por mí para que cambiemos. Le digo todo lo que hemos venido haciendo, todo lo que hemos logrado. Esto podía haber sido peor. Esto no está peor porque en los 80-90 logramos la reforma que nos permitió elegir directamente a los gobernadores y a los alcaldes. Esto podría haber sido un desastre mayor si no hubiera habido ese ese contrapeso en la sociedad.
Nosotros logramos detener, pues en mi caso, el decreto 1011, hicimos la resolución de las comunidades educativas para la decisión del presupuesto, los estudiantes lograron mover ganar en contra de esa de esa reforma constitucional que se pretendía hacer en su momento. Hay mucho que hacer, hay mucho que hacer.
Finalmente convoca a la población, en especial a la del circuito por donde es postulada, a que revise el trabajo que se ha realizado desde la actividad ciudadana y les dice: “Seguro has estado. Tú estuviste marchando conmigo en alguna de esas protestas. Revisa los logros. Empodérate, haz eso. Entiende que hemos logrado cosas y se pueden seguir logrando”.
