El economista y analista de entorno Benjamín Tripier formuló, en un análisis de entorno, un conjunto de recomendaciones para la dirigencia empresarial, la dirigencia opositora y el gobierno.
Los empresarios «deben asumir un rol responsable, protegiendo su futuro y contribuyendo a la recuperación nacional. La situación es fluida y potencialmente explosiva. La planificación estratégica, la comunicación asertiva y la ejecución impecable serán determinantes en las próximas semanas y meses», evaluó.
Tripier aconsejó «proteger el patrimonio: Documentar meticulosamente la propiedad para prevenir expropiaciones o confiscaciones desesperadas del chavismo. Despolitizar las cúpulas gremiales y transformar las instancias empresariales en espacios técnicos, no instrumentos del chavismo».
Igualmente instó a «reconocer públicamente la verdad y admitir que el colapso económico se debe también a la corrupción, la estatización y la destrucción del sector privado por parte del chavismo. Un comunicado claro en este sentido puede reposicionar al sector como parte de la solución».
A la dirigencia opositora que lidera María Corina Machado le plantea «mantener la unidad monolítica, evitar fracturas internas y rechazar cualquier participación en ejercicios como el del 25 de mayo, que solo legitiman al chavismo». Igualmente, «comunicar el plan de reconstrucción y continuar articulando en foros internacionales y hacia la población un proyecto basado en privatización, inversión extranjera y desmantelamiento del ‘Estado empresario’, generando esperanza y respaldo».
Le sugirió «fortalecer alianzas internacionales, consolidar el apoyo de Estados Unidos y aliados regionales como Argentina e Israel». A su juicio, «la oposición debe ser un faro de claridad estratégica, evitando el ruido mediático y preparando a la población para una movilización decisiva cuando las condiciones sean óptimas».
Muy crítico con el gobierno, Tripier le propuso «que cese la represión e inicie un diálogo para la transición, buscando una salida negociada con mediadores internacionales, asegurando garantías mínimas para la cúpula mientras se protege a la población de un colapso violento. Y que desarrolle medidas para beneficiar a la población, tales como liberar presos políticos, como gesto unilateral de buena voluntad, reduciendo tensiones internas y mejorando la percepción internacional».
Por otra parte, debe «garantizar acceso a alimentos y medicinas, redirigiendo recursos, aunque limitados, hacia programas de asistencia humanitaria supervisados por organismos internacionales, aliviando la crisis social. Estas medidas podrían preservar una mínima influencia política futura para el chavismo como fuerza democrática, evitando un desenlace catastrófico».
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