El rector suplente del Consejo Nacional Electoral propone una depuración del Registro Electoral que debe hacer el propio CNE. «Los rectores, con excepción de Tania D’Amelio, se están montando en un autobús a 100 kilómetros por hora», subraya
De empresario zuliano a presidente de Fedecámaras. De presidente de Fedecámaras a un receso de exposición a los medios de comunicación. Y de allí, a rector suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE). Este es, en líneas gruesas, el recorrido que ha hecho Francisco Martínez. Persiste en él la misma sonrisa amable, y también, el mismo toque ácido y punzante. Una pregunta que puede ser incómoda lo enrojece, pero si algo ha aprendido en este camino es a esquivar los dardos. «Soy un votoadicto. Creo en la democracia y creo en el sistema democrático como la plataforma fundamental para resolver los problemas que tiene una sociedad», afirma.
«Este nuevo reto en el cual estoy involucrado como rector suplente del CNE obedece básicamente a mi interrelación con la sociedad civil. Después de haber salido de la presidencia de Fedecámaras empecé a interactuar con los espacios de la sociedad civil y del Foro Cívico, buscando alternativas y soluciones al reforzamiento de la democracia, porque veíamos que los espacios eran cada vez más reducidos y que nosotros como sociedad civil debíamos buscar esos espacios de encuentro para promoverlos y estimularlos», comenta Martínez en entrevista para el programa Con tres puntos difundido por la cuenta en Instagram de contrapunto.com.
«Le puedo garantizar a todo el país que yo no obedezco a ninguna línea ni a ninguna decisión partidista ni de organizaciones sociales ni civiles, incluso en las que he hecho vida durante más de 27 años, como la Federación. En este momento, actuando como rector -en la retaguardia- puedo decir que soy absolutamente independiente. Yo no obedezco a organización política ni partidista, ni organización social en este momento. Estaría actuando como un funcionario del Estado venezolano, en beneficio del fortalecimiento del sistema electoral y de la democracia».
-¿Qué le hace pensar que puede hacer algo?
-Yo, más bien, lo invierto, y por una sencilla razón. Nunca he estado de acuerdo con lo que llaman la inercia del fatalismo. Los venezolanos estamos bastante sumergidos en esa inercia del fatalismo, donde hagamos lo que hagamos y los pequeños aportes que con los talentos y las capacidades uno no tiene nada que aportar, o que hagas lo que hagas no hay manera de salir de los problemas y la crisis que tenemos. No me puedo identificar dentro de ese esquema.
-Una cosa es no ser fatalista y otra cosa es poder hacer algo en el CNE.
-Por supuesto. Yo creo que los cargos habilitan, y tus capacidades y talentos también te habilitan.
-¿Qué quiere hacer en el CNE?
-Para mí estar en el CNE es reforzar el sistema electoral venezolano, devolverle la institucionalidad al voto.
-¿No la tiene ahora?
-La institución del voto en el país está bastante fracturada, está bastante golpeada y bastante deteriorada por los errores que hemos cometido todos en el pasado. Este nuevo CNE es por lo menos la llave, es el primer paso de muchos pasos y de muchos trayectos que todavía nos falta por recorrer para poder salir de la crisis y poder realmente devolverles a todos los venezolanos la confianza que se requiere en el sistema electoral. Porque los venezolanos no confían. La mayoría de la gente hoy dice que este CNE no va a poder hacer nada (estamos en la inercia del fatalismo), que no se va a poder hacer nada, que este es un CNE que lo domina el gobierno nacional. Hay una serie de contras, de desacuerdos, de desilusión que tiene el pueblo venezolano que no le permite confiar. Nosotros debemos empezar a devolver esa confianza en el sistema electoral.
-¿Esperan ganar legitimidad con el desempeño?
-Es la única manera. Si nosotros no logramos vencer esa inercia va a ser muy difícil que se logre hacer algo.
-El desempeño es con acciones concretas.
-Por supuesto. Y no solamente los que nos consideramos rectores independientes. Yo tengo mi independencia, pero también tengo mis ideas políticas bien claras. Tengo mis talentos bien repartidos y sé para qué sirve Francisco Martínez.
-¿Para qué sirve Francisco Martínez en el CNE?
-La primera misión, por pequeña que parezca, es devolverle esa confianza al CNE. Es lo que está sucediendo. A mí nadie me ha atacado.
-Todavía.
-Y si lo hago mal me merezco que me ataquen, o es necesario atacarme. Ahorita, estas 15 personas que configuramos un nuevo CNE debemos vender la esperanza de que vamos a actuar por el Estado venezolano y no por una parcialidad política.
A su juicio «lo primero que genera confianza en el CNE es la depuración del Registro Electoral. Primero hay que hacerlo permanente; es una cosa que nadie entiende por qué dejó de ser permanente, al descuido o al criterio de alguien que en un momento decidía abrir o cerrar esa puerta».
-¿Quién lo depura?
-El CNE.
-¿Es confiable que el CNE lo haga?
-Pero si es el responsable. Ahora nosotros vemos al CNE como alguien involucrado en procesos electorales, y el único nivel que tiene el CNE es como árbitro. Como árbitro debe garantizar que toda la normativa constitucional y en torno al sistema electoral se cumpla a cabalidad. Todos los funcionarios son del Estado venezolano; no son de ningún partido político, y eso es lo que tiene que empezar a exigir el pueblo venezolano. Cada uno de nosotros, como ciudadanos, tenemos que empezar a exigir a los miembros del CNE que no actúen bajo la línea partidista de ningún gobierno ni de ningún interés personalísimo.
-No parece existir.
-No parece existir pero tenemos que crearlo los ciudadanos.
-¿Venezolanos en el exterior?
-Tienen que estar todos. No puede haber ningún venezolano mayor de 18 años que no esté debidamente registrado en el Registro Electoral, esté donde esté, en cualquier parte del mundo, para que pueda participar en los procesos donde los venezolanos que estén en el extranjero puedan participar, porque no pueden participar en todos los procesos porque hay procesos locales y específicos y si no estás en ese ámbito geográfico no te permite participar para elegir alcaldes, concejales.
La partida de nacimiento, propone, debe «ser el origen de tu registro en el RE». Si «agarras las partidas de nacimiento y las vinculas con el Registro Electoral, y agarras los registros del Saime de naturalización y nacionalización de extranjeros, y vinculas con las actas de defunción que también las lleva el CNE» se puede mejorar. El reto es ir «facilitando plataformas para que los mismos ciudadanos vayamos y nos actualicemos de forma segura ante el CNE, sin que haya ningún tipo de manipulación sobre la data».
-¿Qué otra medida tomaría Francisco Martínez?
-Creo que los rectores principales se enfrentan también a definir un cronograma electoral importante, claro, preciso. Que la gente sepa y que los partidos políticos puedan estar preparados. Y que la gente sepa bien. Los rectores deben velar para que se restituyan las inhabilitaciones sobre liderazgos políticos. Hay que ir al TSJ a definir todo lo que está sucediendo con esos temas, para que luego el CNE pueda hacer lo propio de darles apoyo y soporte en la devolución de esos símbolos, para que los cuadros puedan elegir a sus autoridades y hacer uso del plan estratégico que tengan ante cualquier evento electoral con sus propios símbolos. Todo eso hay que normalizarlo.
-¿El CNE debe ir al TSJ?
-El CNE debe ir al TSJ. Son pasos que hay que primero cumplir. No es tan fácil como decir «a nosotros tres se nos ocurrió que le vamos a devolver la tarjeta a equis partido». Hay una serie de procedimientos y de pasos que hay que cumplir. Hay que abrir el espacio. En la medida en que nosotros logremos que se abran esos espacios de forma segura, que exista esa confianza porque estás viendo que hay una transparencia y que puedes acudir porque vas a ser bien tratado, tu información no va a ser manipulada, que si hiciste tu cambio para votar en un centro cercano a tu casa no vayas a salir en otro centro.
La elección de los miembros de mesa hay que hacerla «de acuerdo con el último Registro Electoral», explica.
-¿Hay que cambiar a los miembros de mesa?
-No sé qué puede venir primero. No soy un técnico especialista en temas electorales; tengo siete años para convertirme en el mejor técnico electoral, y como estoy de suplente voy a tener tiempo para estudiar esa estructura. Los rectores, con excepción de Tania D’Amelio, se están montando en un autobús a 100 kilómetros por hora.
-Usted también.
-Pero yo voy en el asiento de atrás.
-La observación internacional.
-Es vital.
-¿Cómo destrabarla y que no sean mirones de palo?
-Todo eso debe ser cumplido a cabalidad. Es más: de las primeras acciones que tiene que hacer este CNE es limpiar un poco la imagen y cómo piensa la comunidad internacional en torno a ese poder en Venezuela. Hay que generar las reuniones, hay que generar los mensajes adecuados, hay que ir a visitar. Se puede incluso pedir ayuda a Naciones Unidas para todo lo que tiene que ver con el acceso a los temas electorales y de soporte. Eso es parte de lo que va a generar confianza. Porque cuando tú estás en un proceso donde todo es opaco, donde todo lo tienes bajo llave, donde todo lo tienes silenciado, donde nada puede suceder de forma normal, vamos a estar desconfiando de ese espacio. Es natural.
-¿Este CNE debería salir a defenderse a sí mismo en el ámbito internacional?
-No es a defenderse. Aquí hay que hacer un lindero. No digo que podamos hacer borrón y cuenta nueva porque hay muchas cosas que no se pueden borrar de esa manera, pero evidentemente sí creo que hay que ir a explicarle a la comunidad internacional cuáles son las necesidades y apoyos que pudiéramos estar requiriendo por parte de ellos para establecer esas relaciones de confianza. Tampoco es que vamos a traer a toda la gente de la comunidad internacional. A algunos habrá que explicarles que esto es lo que se quiere hacer, este es el plan. A otros simplemente se les demuestra, con las acciones, qué es lo que se está haciendo. Pero no es que nosotros vayamos a la comunidad internacional a pedir permiso. Nosotros somos absolutamente autónomos, dentro de Venezuela, como por fuera.
-¿Ha habido señales favorables?
-No podemos hablar con nada conclusivo. En esta semana ha habido de todo, entre los que no están de acuerdo; entre los que creen que esto va a ser un desastre; de los que creen en esto algunos creen que somos inocentes. Aquí no hay inocentes, por dios. Aquí hay una gente muy preparada, muy calificada, que va a hacer lo que tenga que hacer para que durante siete años se transite todo el camino. Sabemos que va a ser difícil, tormentoso; que no vamos a estar de acuerdo en todas las cosas que haya que hacer y en las decisiones que tengamos que tomar, pero durante siete años se tiene que lograr que se restituya la confianza en el sistema electoral venezolano.