Luego que dirigentes de izquierda y movimientos progresistas de Venezuela anunciaran en días pasado que no participarán en las elecciones regionales y parlamentarias del 25 de mayo, el activista político Eustoquio Contreras explicó que la decisión se basa en coincidencias profundas sobre la situación actual del país, entre ellas la necesidad de un cambio de gobierno como condición previa para transformaciones estructurales, el respeto a la soberanía popular y la liberación de presos políticos.
Señaló que “el 28 de julio (2024) ocurrió un golpe de Estado del CNE contra la soberanía popular”, en referencia a los cuestionamientos sobre la elección presidencial, que a su juicio el partido de gobierno «violó el mandato del poder constituyente originario».
En ese sentido, destacó que otro punto central de la agenda común es la defensa de la justicia social y los derechos laborales, especialmente ante lo que catalogó como una “gran frustración” generada por las medidas del pasado 1º de mayo, que no respondieron a las expectativas de los trabajadores.
En este contexto, Contreras celebró el acercamiento con sectores democráticos de la oposición tradicional, afirmando que existe una apertura para “coadyuvar esfuerzos” en función de los intereses superiores del país.
“Ha sido posible sentar nuestra pluralidad de pensamiento político para avanzar en temas concretos como lo electoral”, señaló, y anticipó que podrían fijar una postura común incluso frente a propuestas como una eventual reforma constitucional.
El dirigente también informó que se han iniciado reuniones entre distintas corrientes políticas a través de espacios como la Universidad Central de Venezuela y nuevas plataformas como la Alianza por la Soberanía y la Democracia, que buscan ampliar el marco de unidad con sectores sociales y políticos diversos. Dijo que «la prioridad son las coincidencias más allá de las diferencias ideológicas históricas».
Consultado sobre la importancia de este pronunciamiento y la campaña: «No la reformes, cúmplela«, Contreras lo calificó como una de las expresiones más relevantes de la izquierda no gubernamental en la última década.
“La izquierda venezolana ha tenido muchas dificultades para articularse. Esto representa un avance inédito en función de un objetivo común, dejando de lado los personalismos y enfocándose en los problemas reales del país”, expresó.
Finalmente, hizo un llamado a la madurez política y al entendimiento de la dinámica cambiante del país: “La política debe atender a los intereses del país, no a los sujetos del conflicto. La crítica, la autocrítica y las rectificaciones son mecanismos necesarios para perfeccionar nuestras posturas”.