La oposición debe pasar «por un periodo de maduración en el que primero se recomponga una coalición nacional de partidos», subrayó el analista durante un encuentro de LOG Consultancy
«No tengo propiedades esotéricas ni quirománticas», recordó el politólogo y analista John Magdaleno al público que participó el pasado jueves en el encuentro organizado por LOG Consultancy en Caracas. «Todo el mundo espera que uno diga qué va a pasar. Si yo pudiera tener esa facultad, créanme que cobraría en euros, y muchos», bromeó el director de Polity.
Pero sí marcó un horizonte temporal: 2024, «porque la agenda política va a estar prefigurada por la preparación de las fuerzas en conflicto de cara a la elección presidencial del año 2024». Y remarcó que, en el camino a 2024 «no hay ningún dispositivo temporal para intentar un cambio político antes, y tampoco percibo a las fuerzas en competencia, tampoco percibo a la oposición lista para promover ese cambio político».
1)Recomposición de la coalición opositora. La oposición debe pasar «por un periodo de maduración en el que primero se recomponga una coalición nacional de partidos, después de los conflictos que experimentaron de cara a la elección del 21 de noviembre». Al analizar los resultados del 21 de noviembre se observa «que hubo no menos de tres subcoaliciones electorales». No solo la MUD o Alianza Democrática, acotó, porque también hubo acuerdos entre Fuerza Vecinal y la Alianza del Lápiz en varios estados. «Esto habla del muy mal desempeño de la coalición opositora tradicional y oficialmente reconocida, y esto demanda una recomposición de la coalición opositora». Por eso, el primer desafío de la oposición hasta 2024 «es recomponer una plataforma nacional que agrupe a partidos de oposición, y eso toma tiempo» y pasa «por un proceso de relegitimación de autoridades dentro de los propios partidos de oposición, que es una demanda insatisfecha» desde hace años.
Una parte de la desconexión entre los partidos de oposición y la sociedad «tiene que ver con la dificultad para que haya una renovación del liderazgo, y renovación no necesariamente significa que haya más jóvenes». La demanda de la gente, insiste, es que haya eficacia política, y por eso la oposición gana estados con líderes experimentados.
2)Presión interna. «En Venezuela se requiere estructurar una potente fuente de presión interna», enfatiza. Lo que se ha hecho en años recientes «es incrementar la presión externa». Las investigaciones sobre los procesos de democratización revelan «que las variables externas son importantes en la medida en que muchas veces acompañan procesos de transición, pero no son la variable detonante, salvo en los casos en los que se produce una intervención militar extranjera».
3)¿Intervención extranjera? John Magdaleno explica que ha estudiado 102 de las 120 transiciones exitosas que se han registrado en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. «Solo 19 casos de 102 fueron transiciones estimuladas por intervenciones militares extranjeras, y 11 corresponden a la Segunda Guerra Mundial», en cinco hubo un conflicto armado previo y los otros tres son los procesos de Granada, Panamá y Timor Oriental. En consecuencia «esperar que se produzca en Venezuela la intervención de una fuerza multinacional es apostar por el camino menos probable de las modalidades de transición a la democracia en el mundo».
4)Pedirle «peras al olmo». El analista rememora que un régimen autoritario no se soporta en la legitimación popular. «Por eso me da mucha risa cuando escucho que enfatizan, no que están peleando por la restitución de garantías, sino pensando que eso es posible en el corto plazo. No, usted no está entendiendo nada. Un autoritarismo hegemónico es un régimen ontológicamente violador de garantías; ese es su trabajo. Él no le va a dar elecciones libres y competitivas de la noche a la mañana, porque su trabajo es impedirlas».
5)Movimiento social. En 23 años «la oposición no ha sido capaz de construir un poderoso movimiento social, y yo sostengo la tesis de que, sin que se acometa esta tarea, sin emprender la construcción de un poderoso movimiento social la probabilidad del cambio político en 2024 es menor».
Para «elevar la probabilidad de una transición a la democracia en 2024», explica, se necesita una creciente articulación de los partidos y «una creciente articulación social». Dice imaginar «un cuadro de movilización social y política persistente hasta llegar a la elección, y en el camino habrá unos cuantos imponderables que usted debería prever».