Una transición «va a tener que incluir a personas que han estado en los últimos años, en la estructura de poder», subrayó el dirigente opositor Leopoldo López. «En un proceso de negociación para una transición tienen que estar los militares y tiene que estar el tema militar. Eso es absolutamente indispensable en un país en el que lo militar es un pilar de poder», señala Rocío San Miguel
Uno de los temas abordados por el dirigente opositor Leopoldo López en su rueda de prensa, el pasado martes 27 de octubre, fue el de una posible transición en Venezuela. Y, como era de esperarse, fue fusilado en el paredón de las redes sociales.
López sostuvo que han planteado la ruta de una negociación y un diálogo en varias oportunidades, con el espacio en República Dominicana y el apoyo de Noruega, y ambas oportunidades «fueron desechadas por el dictador Nicolás Maduro».
«Con Nicolás Maduro es muy difícil poder plantear una negociación. Esto no quiere decir que Nicolás Maduro representa a la totalidad de su partido, y a la totalidad de los colaboradores que tiene hoy la dictadura», aclaró. Una transición «va a tener que incluir a personas que han estado. en los últimos años, en la estructura de poder de la dictadura: si no, no sería una transición», enfatizó.
No habló específicamente de los militares y la Fuerza Armada, pero en un proyecto político cívico-militar parece lógico que el componente militar esté presente en cualquier cambio de rumbo.
Los militares deben estar en una transición, reitera Rocío San Miguel, conocedora del mundo militar y directora de la organización Control Ciudadano. «En un proceso de negociación para una transición tienen que estar los militares y tiene que estar el tema militar. Eso es absolutamente indispensable en un país en el que lo militar es un pilar de poder», señala en entrevista con contrapunto.com.
San Miguel no ve posible «una transición pactada, acordada, negociada» sin los militares. En cualquier acuerdo «tiene que estar la Fuerza Armada Nacional, porque si no, va a revolverse en contra de los resultados». La mejor garantía de la continuidad de una transición es, justamente, que los militares formen parte de ella.