La mitad de la población del país no está representada en la mesa. Tampoco están incluidos temas que le atañen directamente, como la violencia machista
Los mismos hombres y, ahora, una mujer. En la mesa de negociación en México se sentarán nuevamente, después de más de un año de paralización, los actores de siempre. Las mujeres políticas no han sido convocadas como parte de los equipos de la Plataforma Unitaria, y tampoco, del oficialismo. Esto significa, ni más ni menos, que la mitad de la población del país no está representada.
La perspectiva de la mujer es clave para esa negociación, señala María Beatriz Martínez, presidenta de Primero Justicia. «Nuestra lucha ha sido para que cada vez haya más mujeres en puestos de poder», indica. Por eso «en cada sitio donde haya decisiones, discusiones de fondo sobre la problemática de Venezuela deben estar las mujeres. Ese es nuestro compromiso».
Desde la presidencia de PJ «estamos dando una pelea sobre eso», destaca. «La lucha es por Venezuela, y las mujeres somos protagonistas».
La agenda de México tiene que ver, apunta, con el bienestar de la población, «la necesidad de abordar una agenda social», pero también debe incluir los temas políticos; aunque hay grandes problemas, como los servicios públicos, las soluciones dependen de lo político, resalta Martínez.

Las mujeres demostraron, este viernes 25 de noviembre, que pueden dejar de lado sus diferencias partidistas e ideológicas para marchar juntas y defender una agenda común; así lo hicieron y consiguieron unirse en una multitudinaria marcha en Caracas. Una lideresa dijo a contrapunto.com, este viernes, que lo que impedía a los hombres políticos ceder era el ego. Si es así, una de las consecuencias de la ausencia femenina en México podría ser que se imponga la intransigencia y que se levanten sin resultados.
Un tema que no está en la mesa, y que podría estarlo si hubiese mujeres en las delegaciones, es el de la violencia machista. Como lo plantea la lideresa Tamara Adrián, cien años después de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres la violencia de género «no solo no se ha reducido, sino que ha aumentado».