«No debemos seguir pensando que solo nos vamos a reunir con quienes piensan como nosotros o quienes son similares a nosotros. Hay que atreverse a lo otro», enfatizó la directora de Rediálogo
Hay temas difíciles, que lejos de dibujar sonrisas pueden causar molestia. Cuando se habla de diálogo podría pensarse que esos puntos de discordia hay que dejarlos a un lado, pero las activistas formadas para promover el reencuentro de la sociedad están dispuestas a sentar esos temas en la mesa de discusión. Es lo que hace Alba Purroy, directora de Rediálogo y convencida de que, a pesar de las polarizaciones, «es posible sentarse a dialogar».
Purroy promovió un encuentro, este martes 11 de marzo, para que mujeres de organizaciones políticas y sociales diversas pudieran exponer sus puntos de vista acerca de temas como el feminismo y la polarización.
«Una de las cosas para dialogar es por qué las mujeres todavía no están suficientemente representadas en posiciones de poder. ¿Qué pasa con eso?», se preguntó, y dejó la interrogante tanto para la situación del sector público como el sector privado. «Pero es qué pasa mirándonos hacia nosotras mismas. Más allá del discurso de la dominación, las presiones, las pocas oportunidades, es ¿qué pasa hacia adentro de nosotras, en nuestro relacionamiento de mujeres? ¿Lo estamos promoviendo, lo estamos apoyando, nos estamos apoyando mutuamente? «.
Sobre el andamiaje legal del país, Purroy consideró que «en leyes y reglamentos se ha avanzado, y creo que se ha escuchado», pero «todavía se necesita ampliar más esa escucha y esa participación». Es decir, «ampliar la polaridad: que no solamente se mire hacia un sector de las mujeres, sino que podamos mirar muchos». Aunque «ha habido avances importantes, hay mujeres que todavía no se sienten incluidas».
Para cambiarlo, insistió, «es necesario tener una aproximación más inclusiva».
La activista aclaró que esto no tiene que ver con las demandas relacionadas con las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 y la disputa por los resultados. «Esto tiene que ver con el fortalecimiento de la sociedad civil. Tiene que ver con la mirada de las mujeres de base, y es importante aclararlo: a veces pensamos que las mujeres de base son las de sectores populares, y eso es un error total. Las mujeres de base somos las que estamos en el día a día en la productividad y en el espacio público contribuyendo de diferentes maneras», apuntó.
Purroy invitó a que las mujeres «miremos y pensemos en ese trabajo colectivo que a veces creo que está muy fragmentado porque no hay posibilidad de encontrarnos, de reconocernos y de ir a sentarnos a conversar».
-Si las mujeres tuvieran más posiciones de poder, ¿qué cosas serían diferentes?
-No basta con tener una posición de poder. Hay que tener la posición de poder con mirada de género y con mirada de mujer. Se aspiraría a que mujeres en posiciones de poder pudieran promover y apoyar la participación de las mujeres para obtener más derechos, pero también, reconocer qué están viviendo las mujeres y cómo abonar en políticas públicas.
-¿Es solo un tema de mujeres?
-No es un tema de mujeres, solamente; es un tema de la sociedad, porque cuando pensamos en las mujeres también incluimos a los hombres. Cuando hablamos de políticas públicas que van a ir a mejorar los derechos de las mujeres, a la larga eso tiene un impacto en la familia. Es un impacto para todos. No se trata de ir contra algo; se trata de relacionarnos de manera diferente. Mujeres en posiciones de poder, con mirada de género, pueden tener una mirada equitativa sobre el relacionamiento con mujeres, niñas, adolescentes.
Atreverse a escuchar a quienes piensan diferente, admitió Purroy, no es un trabajo fácil. Tampoco lo es tender puentes. «No debemos seguir pensando que solo nos vamos a reunir con quienes piensan como nosotros o quienes son similares a nosotros. Hay que atreverse a lo otro. «Es muy difícil; es una cosa del ser humano, que por asociatividad busca siempre relacionarse con sus similares, con quien se siente cómodo. No estamos creados para sentirnos incómodos, y cuando algo o nos resuena, nos apartamos».
Conversar con quienes piensan diferente «nos puede revelar cosas que no estamos escuchando y que no estamos observando», aseveró. «Así podemos ver ‘esto generó esta tensión’, ‘esto generó este conflicto y yo no me había dado cuenta porque no me había puesto en la posición de escuchar'».