El sociólogo y analista sostiene que los eventos de hace 75 años no fueron más que otro episodio del «quítate tú pa’ ponerme yo» que surca las páginas de la historia venezolana
Los eventos del 18 de octubre de 1945 tienen un arco iris de lecturas que van desde calificarlo como un simple golpe de Estado hasta llamarlo «la revolución de octubre».
José Antonio Gil Yepes, es un apasionado de la historia y hace una interpretación de los hechos en los que cuestiona el hecho de que se truncara, según su visión, el proceso más interesante que haya vivido Venezuela incluyendo el proceso de independencia.
El sociólogo y presidente de la firma Datanálisis indica que empresarios «cortos de mente» le tuvieron miedo al «pluralismo de Medina» y lo tildaron de comunista.
-A 75 años del 18 de octubre podemos hablar revolución o golpe de Estado.
-Para que sea revolución en Venezuela tiene que ser un cambio institucional- legalista, civilista, pluralista y que fomente la inversión y el empleo. Medina Angarita
estaba implantando todo eso, mientras que los que lo tumbaron desmontaron toda esa revolución; es decir, el 18 de octubre fue un golpe de Estado más que llegó al poder por vía no institucional ni legal; mantuvo un régimen, primero hegemónico-no pluralista- los adecos chocaron con la iglesia, los empresarios y con los militares (por eso los tumbaron) y luego militarista. Ambos fueron simples golpes que no renovaron nada porque simplemente repitieron «el quítate tú pa’ ponerme yo» histórico.
-Medina Angarita ha sido reconocido por algunos como uno de los militares más abiertos de la historia venezolana, legalizó a los comunistas, y sin embargo recibe un golpe de Estado.
-Siempre he interpretado que el general Medina fue el Presidente con el mejor proyecto para Venezuela. Las rupturas, como nuestra guerra de independencia, destruyen instituciones y no necesariamente implantan otras. Chávez y Maduro destruyeron nuestras instituciones al punto de que tenemos dos presidentes, tres Asambleas Nacionales, tres Tribunales Supremos de Justicia y otros poderes inconstitucionalmente nombrados. Todo ello con el fin de crear un hombre nuevo, pero los que se instalaron son pedigüeños (pobres) y sus homólogos ricos, los enchufados, y corruptos.
-Son realmente las objeciones del medinismo a la elección universal y directa las detonantes de estos sucesos o intereses económicos que no son puestos en primer orden a la hora del análisis de los historiadores.
-Creo que los grandes motivadores fueron, primero, el desespero de AD para llegar al poder y para evitar que el capitalismo y el legalismo burgués siguieran implantándose. Imaginemos los avances de Medina reafirmados por una presidencia ilustrada y conexa a los Estados Unidos como la del pasajero de Truman. En segundo lugar los militares por evitar entregar el poder a un civil, aunque fuese tachirense. En tercer lugar es cierto que existían empresarios cortos de mente -típicos del miedo al pluralismo del general Medina- que lo tildaron de comunista.
-Es la idea de romper con el dominio militar del poder en Venezuela y cerrar el capítulo de los andinos la palanca de estos eventos o… ¿fue una puja de intereses de factores económicos?
-Económicos no tanto, más que todo el histórico afán de poder político, en esa coyuntura de AD y de los tenientes coroneles.
-De ser cierta la hipótesis de la ruptura con el gomecismo y el militarismo… porque esto desemboca en un golpe de Estado de corte militar tres años más tarde.
-Porque el trienio atentó contra los intereses y principios militares: los sueldos militares eran menores que los de los trabajadores petroleros. Los militares no aceptan el exceso de agitación en que AD impuso al país, ni el exceso de izquierdismo, por lo que tendrían apoyos empresariales.
-Algunos señalan que el sectarismo de AD fue el detonante de la dictadura de Pérez Jiménez que luego persiguió a los adecos que ayudaron a derrocar a Medina.
-Por supuesto, AD entró en conflicto con la iglesia porque le quiso quitar los colegios católicos y los privados. Soy de los que pienso que «el maestro» Luis Beltrán Prieto Figueroa le hizo mucho daño con su estatismo hacia los planteles de educación y laicismo. La izquierda extrema prefiere un pueblo sin religión para que no compita con la religión del Estado de izquierda. Se indispusieron con los militares por los sueldos discriminatorios, por la agitación y porque AD organizo milicias «entonces llamados los cabilleros de ad”, que sólo los comprados de ahora aceptan.