La aparente pasividad, la anomia social, la abstención electoral y la desafiliación de las organizaciones políticas y sociales son algunas señales de que algo anda mal, afirma el ex ministro de Educación.
El dirigente chavista Elías Jaua, aseguró este domingo que «las rebeliones sociales no son sorpresivas, son absolutamente previsibles» y afirmó que «los pueblos avisan». Su gran conclusión es que, quien siembra vientos, cosecha tempestades.
En un artículo de opinión titulado Los pueblos avisan, Jaua -ex ministro de Educación y excanciller- afirmó que «la aplicación de modelos de exclusión política, económica, social y cultural; las profundas brechas de desigualdad social; la impudicia en el ejercicio del poder y en el disfrute de las riquezas, la mayoría mal habidas, por parte de las élites políticas y empresariales; el control social a través de la alienación, el clientelismo y la represión policial y la impunidad de los que tienen poder son los ingredientes principales para un hervidero social».
Estas son las cinco señales que envían los pueblos:
- Abstención electoral creciente en los procesos de consulta popular para la elección de las autoridades, lo que expresa que el grueso de la población ha dejado de legitimar el sistema político. No se siente expresado, ni representando por nadie.
- Desafiliación de las organizaciones públicas, políticas y sociales. Partidos, gremios, sindicatos, organizaciones sociales, de cualquier signo ideológico, se van vaciando de pueblo, hasta quedar convertidas en cascarones vacíos u ocupadas por un pequeño grupo de “irreductibles” que asumen, equivocadamente, que representan a la mayoría.
- Aparente pasividad, la gente deja de protestar, de demandar ante las autoridades no porque estén felices, sino porque saben que no obtendrán de estas ninguna respuesta o solución. El calvario va por dentro.
- Anomia social expresada a través de la resolución ilegal de los problemas; recurrentes episodios de violencia social, pequeños, en distintas partes, en tiempos diferentes; incremento de la criminalidad, pérdida de mediación de las dirigencias políticas y sociales y la relación Estado-Sociedad queda reducida a una interlocución represiva con la policía.
- El comentario popular en las calles, en las reuniones familiares, en las actividades recreativas, deportivas, entre otras, hecho en tercera persona: “Más temprano que tarde, aquí va a pasar algo, la gente se va a cansar”. El pueblo siempre sabe lo que va hacer y lo anuncia.