La Semana Santa está llena de ritos y simbolismos para los fieles católicos, que se van desarrollando día a día; tal es el caso de la visita a los siete templos desde la noche del jueves hasta el viernes en la mañana.
Después de la misa de la Cena del Señor -celebrada por la tarde del jueves santo- cada iglesia guarda al Santísimo Sacramento en un «tabernáculo» y prepara un monumento como señal de agradecimiento a Jesucristo por su pasión, con la que salvó al mundo.
Es por ello que la visita a los siete templos tiene como centro el encuentro con el Santísimo Sacrmento expuesto en el monumento de cada una de las iglesias y agradecer la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio -celebrada cada jueves santo-.
También la tradición cristiana dice que es un acompañamiento a Jesucristo en la soledad y sufrimientos en el Huerto de Getsemaní y ante las diferentes autoridades religiosas de la época recibiendo acusaciones, hasta estar muerto en el sepulcro.
La iglesia recomienda a quienes visitan los siete templos hacer una oración de reparación por la poca frecuencia con la que se asiste a misa y las veces que se deja solo el sagrario.
Son siete templos porque está ligado al relato bíblico de la Pasión de Cristo y de los momentos o estaciones que atravesó Jesús desde la Última Cena hasta ser crucificado: Jesús en el huerto; Jesús en casa de Anás; en casa de Caifás; en casa de Pilato; en casa de Herodes; de nuevo en casa de Pilato; y en el Santo Sepulcro.
Esta práctica fue impulsada por San Felipe Neri en el siglo XVI como una manera de promover la oración fuera de los templos habituales y fortalecer la vida comunitaria. Poco a poco esta tradición se extendió a toda Europa y América Latina.
¿Pierde validez si no los completo?
El sacerdote agustino, Fray Mario Herrera (OSA), nos contesta que «no hay una regla estricta que indique que la práctica pierde validez si no se completan los siete templos. Lo más importante es la intención y la reflexión que acompaña el recorrido. Es un acto de fe y devoción, más que una obligación».
¿Cuál es el verdadero sentido?
«Más allá de la tradición, la visita a los templos es una oportunidad para meditar sobre el sacrificio de Cristo, agradecer por la Eucaristía y el sacerdocio, y fortalecer la fe. También es una forma de acompañar espiritualmente a Jesús en su camino hacia la cruz», completa el fraile agustino.