Belkisyolé de Noya, directora del Instituto de Medicina Tropical de Universidad Central de Venezuela (UCV) afirmó que el primer apagón en el mes de marzo de este año los agarró por sorpresa y la mayor preocupación fue mantener congelados los aislados parasitarios u hongos que lo requieren
En una entrevista con el periodista Carlos Croes, transmitido por el canal Televen, la directora del Instituto de Medicina Tropical de Universidad Central de Venezuela (UCV), Belkisyolé de Noya, informó que en esta época hay una gran afluencia de chipos por la sequía e incendios que han ocurrido en el Ávila, por lo que este tipo que insecto, que vivía en estas zonas, busca refugios en las viviendas.
«Estos chipos tienen Trypanosoma cruzi, que es el agente causal de la enfermedad del mal chagas, por lo que ha aumentado los pacientes con esta enfermedad en la ciudad», dijo.
De Noya indicó que hay dos formas de adquirir el mal de chagas: por la vía oral, que es por la contaminación de alguna bebida, y por la tradicional picadura del insecto. El paciente puede desarrollar en pocos días fiebre, dolor de pecho por una miocarditis y puede incluso fallecer.
Debido a la necesidad de los ciudadanos de acumular agua por la falta del servicio, Belkisyolé de Noya recomendó a todos que mantengan todos lo envases, tobos, tanques o baldes tapados para evitar que cualquier mosquito coloque sus huevos en el vital líquido.
Por otro lado, aseguró que, al igual que todo el país, el Instituto de Medicina Tropical ha sufrido problemas de luz y agua.
Sin embargo, han paleado la situación gracias a que los directores anteriores compraron una planta eléctrica el instituto no ha sufrido tanto la crisis eléctrica. A pesar de esto, en el primer apagón la plata estuvo fuera de servicio, por falta de unos repuestos y gasoil.
«En los siguientes apagones que vinieron luego activamos la plata eléctrica, pero no prende automáticamente, así que destinaron a un personal que lo hace manual. Nosotros tenemos un gran patrimonio, que son nuestros de pacientes o aislados parasitarios y hongos que requieren congelación. Por eso es importante la electricidad», dijo.
En cuanto a la escasez de agua, el servicio es inconstante en el Instituto y esto perjudica la atención de una cantidad de pacientes con lesiones que, luego de atenderlos, se deben lavar todos los instrumentos al momento obligatoriamente: «y a veces no hay con qué hacerlo», explicó.
«La situación del país no deja de afectarnos. Hasta la deficiencia en el transporte público ha hecho que al personal le sea complicado llegar al instituto, incluso imposible», enfatizó De Noya.
Pero, a pesar de los contra, recalcó que «en este momento de crisis en el país el Instituto de Medicina Tropical continúa ofreciendo sus servicios».
El Instituto de Medicina Tropical de la UCV pronto ofrecerá un proyecto del laboratorio clínico para la atención de mujeres embarazadas con enfermedades infecciosas que consiste en hacer despistajes de infecciones y en adiestrar a sus médicos para estas atenciones.