Con el cierre de las economías los migrantes venezolanos «no tienen ingresos y están tratando de regresar a Venezuela porque no tenían oportunidades», explicó la ministra de Desarrollo Internacional de Canadá, Karina Gould
La ministra de Desarrollo Internacional de Canadá, Karina Gould, aseguró que teme que la crisis económica y la inestabilidad causadas por la COVID-19 en los países en desarrollo provoquen conflictos, a la vez que calificó como «segunda pandemia» el aumento de la violencia contra las mujeres y niñas.
«Nos preocupa bastante, y he tenido bastantes conversaciones con la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el cierre de las fronteras porque las personas que quieren volver a sus países de origen, están atrapados», explicó Gould en entrevista con EFE.
«Por ejemplo, en la región es lo que estamos escuchando de los migrantes venezolanos que estaban en Colombia, Ecuador o Brasil. Con el cierre de las economías, esos migrantes no tienen ingresos y están tratando de regresar a Venezuela porque no tenían oportunidades», explicó.
«Me preocupa la crisis económica y la inestabilidad que eso crea en países que ya son vulnerables y pueden provocar conflictos. Y esto podría generar una inmigración más fuerte», continuó.
Gould, que antes de ser ministra del gabinete del primer ministro, Justin Trudeau, trabajó durante un año como voluntaria en un orfanato de Puebla (México), explicó en una entrevista con Efe que el Gobierno de Canadá ha destinado 1.500 millones de dólares canadienses (1.115 millones de dólares estadounidenses) para ayudas a los países en desarrollo más afectados por la pandemia.
De esta cifra, dos terceras partes han sido asignadas al Fondo Monetario Internacional (FMI), para ayudas a los países que más sufren la crisis económica. El resto es para ayuda humanitaria, desde recursos sanitarios y para el desarrollo y distribución de una vacuna contra la COVID-19, hasta recursos para garantizar la seguridad alimentaria.