El psicólogo, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV desde el año 2007, destaca de su gestión el haber preservado el IPP y «el haber convertido a la Apucv en un referente gremial a escala nacional y en lo político». Debate su futuro entre su vida personal -como retomar la pintura, volver a dar clases y regresar su labor como psicoterapeuta- y continuar la labor gremial
Cuando Víctor Márquez comenzó como presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv) jamás pensó que estaría al frente de esta organización durante tres lustros. Tal vez los años de trabajo como psicoterapeuta lo ayudaron a sobrellevar los momentos difíciles, que son muchos, porque entre los años 2007 y 2022 mucha agua ha corrido debajo del puente. Como parte de esa agua, las denuncias sobre el Fondo de Jubilaciones y el manejo de esos recursos; la muerte del presidente Hugo Chávez y la asunción de Nicolás Maduro; las diferencias con las autoridades rectorales. Las protestas. La emergencia humanitaria compleja.
Quince años en los cuales «lo más difícil fue mantener funcionando el Instituto de Previsión del Profesorado» (IPP), recuerda Márquez en entrevista con contrapunto.com. «Tenemos dos años que no recibimos medio del Estado, porque no se lo envía a la universidad, y si no lo envía a la universidad no llega aquí». El profesor relata, con lujo de detalles, que tomaron algunas decisiones para preservar los recursos, y eso es lo que les ha permitido mantenerse. También decidieron abrir a la comunidad el servicio médico y odontológico, para garantizar el autofinanciamiento. «La institución no está quebrada. ¿Está afectada en su funcionamiento? Sí».
¿Qué va a encontrar su sucesor? «Va a encontrar proyectos, avances, un estilo de gestión que debería mantener que es capacidad de escucha, buscar el consenso, unificar al profesorado y enfrentar lo que se está generando por el incumplimiento de los derechos laborales, que no son acciones sino tácticas. El instructivo Onapre es un instrumento dentro de una estrategia, y por eso no lo van a derogar», detalla. «El objetivo es ir deteriorando las instituciones universitarias tal y como están concebidas, con pensamiento libre, para irlas convirtiendo en instituciones al servicio del proyecto político del Estado».
Al nuevo presidente de la APUCV «le van a corresponder retos como defender la universidad, y cuando digo defender la universidad no me refiero exclusivamente a los factores externos, sino también a los internos», afirma, «porque tenemos un estilo de gestión que se diferencia muy poco, en mi opinión, del estilo de gestión externo». Eso «me parece muy grave, porque una institución como la universitaria tiene que dar el ejemplo de respeto por las leyes y reglamentos y manejo transparente de los recursos, y a pesar de que apoyé la opción en ejercicio eso no ha sido lo que he observado, y por eso me alejé de la fórmula rectoral y como dirigente gremial he tenido una actitud crítica frente a ciertos comportamientos que ha tenido el equipo rectoral, y desafortunadamente a veces apoyado por el Consejo Universitario».
También deberá redefinir el funcionamiento del IPP, explica, y posiblemente reorganizar la directiva de la Apucv. Otra decisión: un complejo recreacional ubicado en la urbanización Flor de Mayo, en Barlovento, con piscinas y parrilleras. «La nueva directiva tendrá que decidir si lo inaugura, si no lo inaugura, si lo vende», puntualiza. «Creo que se puede mantener, pero hay que fijar tarifas».
Ya reabrió la Casa del Profesor, ubicada en Las Tres Gracias, aunque la piscina no está operativa, aclara Márquez, y hay que buscar un mecanismo que permita sostener las instalaciones.
La Apucv comenzó un programa de apoyo a los profesores que estaban prácticamente pasando hambre en medio de la emergencia humanitaria compleja. «Llegamos a atender a 100 profesores con alimentos en la medida en que teníamos los insumos. La idea, ahora, es que no sean personas que nos donen los insumos para las bolsas, sino que algunas instituciones -como supermercados- sean responsables de las donaciones», adelanta. Esperan poder seguir atendiendo a 100 docentes, o más, aunque la gente «está buscando otra fuente de ingreso».
Al ser consultado sobre las satisfacciones que se lleva, Márquez sostiene que un elemento fundamental es haber preservado el IPP, al igual que «el haber logrado equipos de gestión en los que prevalecieron el respeto y la tolerancia». Otro aspecto que destaca es «el haber convertido a la Apucv en un referente gremial a escala nacional y en lo político. Eso surgió como producto de mi accionar personal. Lo que más valoro es haber ayudado a unificar los sectores gremiales y sindicales para la lucha en conjunto. Me voy con la satisfacción de haber ayudado a crear nexos entre diferentes sectores, que el movimiento sindical tenga una representación en el Frente Amplio».
Con este esfuerzo «saqué a la Apucv del anonimato, para convertirla en un factor cuya opinión era importante para la comunidad nacional», subraya.
En lo personal, Márquez espera, una vez que deje la presidencia de la Apucv, poder visitar a sus tres nietos radicados en el exterior. También se plantea volver a dar clases en la Escuela Vargas o en otro espacio de la UCV, al igual que retomar su trabajo como psicoterapeuta. Y seguir su trabajo artístico: «Volver a retomar la pintura, abordar el esmalte sobre metal», hacer de nuevo las réplicas de obras de arte de la UCV. Le han sugerido que se lance como presiente de la Fapuv; a eso, responde. «Cuando me ofrecen cargos yo digo que paso el puente cuando me toque».
