En esta fase son 52 frentes de obra, «algunos culminando y otros comenzando», explica el director del Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV, Pablo Molina. El reloj ha sido, hasta ahora, la única obra de restauración integral. La siguiente fase abarca 108 obras de arte y edificaciones emblemáticas, como el Aula Magna
Con un video en el cual aparecía el mandatario Nicolás Maduro, en un salón de clases el país supo que el gobierno iniciaría un proyecto de recuperación de la Ciudad Universitaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV). De allí en adelante se han cruzado las declaraciones del Gabinete; las respuestas de la rectora ucevista, Cecilia García Arocha y algunos dimes y diretes. Pero el Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV (Copred) y la comisión presidencial han intentado poner la casa de estudios por encima de los comentarios y diferencias políticas, ideológicas y de criterios, y también de los reclamos por la opacidad informativa.
Este es un proceso innovador de toma de decisiones, permanentemente bajo la incertidumbre, pero «todos los que intervenimos tenemos preparación, somos prácticamente todos egresados de la UCV, hablamos el mismo lenguaje y nos focalizamos en nuestras coincidencias», resume el director de la Copred, Pablo Molina. es decir, el beneficio de la UCV por encima de cualquier diatriba.
¿Cómo comenzaron los trabajos? A mediados del año pasado, después de la alharaca producida por el desplome de dos tramos de uno de los pasillos y el deterioro producido por «dos años de pandemia y 16 años de presupuestos insuficientes», gente del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales (IMME) llamó a Molina a una reunión, reunión que se hizo un sábado en la tarde. «Estoy allí y empiezan a llegar un montón de camionetas», rememora. Se encontraba el ministro de Educación Universitaria, César Trómpiz, quien le informó que comenzarían algunas obras en la UCV y que esperaban que la relación fluyera. Se incorporaron el ministro (cultura) Ernesto Villegas, la hoy alcaldesa Carmen Meléndez, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro Raúl Paredes (obras públicas).
Molina cuenta que le informaron que las obras comenzarían el lunes, y así ocurrió con algunas acciones. Con el paso de los días «comenzó a imponerse cierta sensatez en el sector civil, con Paola Posani, Alfonso Olivares (asesor del IPC). Empezamos reuniones pequeñas» para avanzar, refiere. «Establecieron un campamento base en el Jardín Botánico».
La posición de la Copred era no entrar «a restaurar inmediatamente, porque primero tienes que rehabilitar los servicios», con acciones como desmalezar, garantizar servicio de agua y de electricidad e impermeabilización. «Mientras tanto vas haciendo nuevos diagnósticos con comisiones de asesores» formadas por personal de alto nivel». Se han ido sumando especialistas en distintas disciplinas, como logística, restauración.
En Copred «tenemos un banco de propuestas», diagnósticos de todos los edificios y propuestas de restauración para un 25%, puntualiza. Pero la comisión no está al margen de las dificultades del país, con bajos salarios, pérdida de profesionales y carencia de recursos.
La UCV está de acuerdo con lo que se está haciendo, y así lo ha dicho la misma rectora García Arocha, pero hay diferencias en cuanto a la denominación, aclara Molina. «Nosotros lo llamamos plan de acciones y obras 2021-2022. Ellos hablan de recuperación integral de la UCV».
En esta fase son 52 frentes de obra, «algunos culminando y otros comenzando». Esta es una primera fase que podría estar lista a mediados de año. Algunos están listos «según los alcances definidos en los acuerdos», como las facultades de Arquitectura y de Ciencia. No han sido restaurados los murales de Arquitectura, los acabados de madera, la fachada del edificio, precisa.
El reloj es la única obra de restauración integral ejecutada, comenta Molina. La estructura de concreto que lo soporta nunca tuvo el mantenimiento debido, y está afectada por vientos, agua. Antes de las obras se hizo un estudio estructural, subraya. Los discos del reloj fueron devueltos a su color original. Ese trabajo se hizo en tres meses y medio, calcula.
La primera etapa de recuperación estaría lista a mediados de este año, con habilitación de servicios, recuperación ambiental, recuperación del proyecto paisajístico y puesta en marcha de mecanismos de cada edificio (como ascensores y sanitarios), detalla.
La siguiente fase abarca las 108 obras de arte, «que no son cualquier obra de arte». Y paralelamente la reparación de edificios emblemáticos, como Aula Magna, Biblioteca Central (unos dos años), Gimnasio Cubierto y Hospital Universitario de Caracas.
El Aula Magna, como lo ilustra Molina, necesita una restauración integral, con cambio del sistema de aire acondicionado y del sistema eléctrico. Ya se hicieron algunos arreglos, como las fachadas y la impermeabilización.
Para la restauración integral del Aula Magna, que debe comenzar pronto, se necesita al menos un año. El arquitecto cita, para mostrar la complejidad, que hay 101 puertas y varias de ellas comidas por la polilla. «Solo eso es un proyecto de restauración». Hay que incluir sistemas modernos para incendios, lavado de cada butaca y alfombras, madera del escenario. Únicamente en fumigación son 98 mil dólares, estima, y recuerda que el Aula Magna es mucho más que lo que ve el público (hay sótanos y semisótanos).
La recuperación del paisajismo es un punto polémico, porque no es un bosque ni un parque, sino un proyecto paisajístico de patrimonio mundial que debería llegar a su condición original, lo que implica tomar medidas, expone Molina. En otras palabras el paisajismo incluye la eliminación de especies que no estaban en el proyecto original. «Los planos existen, pero no vamos a ser más papistas que el papa. Donde haya un bosque no lo vamos a talar». Estima que han sido eliminados 86 árboles.
El rol de Copred es de participación activa, aclara, pero la definición de las obras y los lapsos queda en manos de la comisión presidencial. «Basándonos en los datos de la comisión se han invertido 40 millones de dólares», reitera. ¿Con qué no esta satisfecha Copred? Con la opacidad informativa y el protagonismo que quiere asumir el gobierno, enfatiza.
Para mejorar el desempeño hay que optimizar las estructuras que tenemos, que las decisiones sean informadas y que haya simetría en la información para que todos estemos alineados, indica Molina. También, dotar con recursos técnicos a Copred y a mantenimiento-UCV.
