Rafael Tudares, yerno de Edmundo González Urrutia, cumple 46 años este lunes y 349 días desde que fue detenido en Caracas. A propósito de esta fecha, su esposa, Mariana González, exigió que sea liberado.
«¿Cómo se celebra un cumpleaños en estas condiciones tan injustas y tan crueles? ¿Cómo se le explica a unos hijos que su papá cumple años preso, sin que sepan dónde está, sin poder verlo, sin poder abrazarlo?», expresó Mariana González en su cuenta de X.
«Denunciamos la injusticia, el abuso, la crueldad de arrebatarle a un hombre su libertad, a una familia su paz, y a unos niños su derecho a crecer con su padre», manifestó la hija de González Urrutia.
«Más de 11 meses privado de libertad de manera arbitraria. Más de 11 meses desaparecido forzadamente», añadió.
A principios de este mes, Mariana González confirmó que su esposo fue condenado a 30 años de prisión tras, dijo, una «sola y única» audiencia de juicio.
Tudares fue detenido el pasado 7 de enero -tres días antes de la investidura de Nicolás Maduro para un tercer mandato consecutivo de seis años-, cuando también fueron arrestados el defensor de derechos humanos Carlos Correa -ya excarcelado- y el excandidato presidencial opositor Enrique Márquez (todavía preso).
Este es su mensaje en X:
Hoy Rafael Tudares Bracho cumple 46 años. Más de 11 meses privado de libertad de manera arbitraria. Más de 11 meses desaparecido forzadamente. Hoy no hay torta, no hay abrazo, no hay canto. Hoy Rafael no está con su mamá. No está con sus dos hijos menores de edad. No está conmigo, su esposa. ¿Cómo se celebra un cumpleaños en estas condiciones tan injustas y tan crueles? ¿Cómo se le explica a unos hijos que su papá cumple años preso, sin que sepan dónde está, sin poder verlo, sin poder abrazarlo? ¿Cómo se le pide a una madre que celebre la vida de su hijo mientras vive esta pesadilla? Hoy no celebramos. Hoy denunciamos. Denunciamos la injusticia, el abuso, la crueldad de arrebatarle a un hombre su libertad, a una familia su paz, y a unos niños su derecho a crecer con su padre. Rafael, dondequiera que estés, que sepas que no estás solo. Tu nombre se dice. Tu ausencia duele. Y tu libertad se sigue exigiendo. Ningún cumpleaños debería vivirse así. Ninguna familia debería pasar por esto.






