Han sido condenados a sobrevivir con una pensión de dos dólares, que recientemente subió a 28 dólares en un país en el que la canasta básica para una persona no baja de 200 dólares al mes. Con mucho terreno ganado en la calle, el movimiento de jubilados y pensionados se enfrenta al fantasma de la división: convocatorias paralelas a la misma hora, el mismo día y en lugares diferentes
Como no podía cargar la bolsa, Carolina se detuvo en una acera, en Colinas de Bello Monte, a esperar que alguien la ayudara. «Soy paciente oncológica y vengo del oncológico», dijo. «Necesito llevar esto a mi casa. ¿Me ayudas?». Carolina, una mujer de más de 60 años de edad, contó que su diagnóstico es cáncer de piel estadio III, que se atiende en el Hospital Oncológico Padre Machado, que no tiene quién la ayude, que toda su familia falleció, que lo que le dan para el dolor ya no la alivia. Carolina no está al tanto de las protestas de los jubilados y pensionados; tampoco, de que los líderes de este movimiento tienen diferencias internas; al menos, en Caracas, donde se hacen aún más visibles.
«¿Por qué están divididos?». La pregunta aparentemente cayó como un baño de agua fría entre los dirigentes del frente nacional de jubilados y pensionados, al término de la rueda de prensa que ofrecieron este martes 3 de mayo. Pero la interrogante obedece a una situación real. El pasado martes 26 de abril, a la misma hora, fueron convocadas dos manifestaciones de jubilados y pensionados: una, organizada por el frente nacional, con los dirigentes Luis Cano (Ipasme) y Carlos Julio Rivera (vicepresidente de la asociación de jubilados del IVSS) a la cabeza; y otra, preparada por la coordinadora nacional y liderada por Edgar Silva, Pedro García y Emilio Lozada. La primera, en Parque Carabobo. La segunda, en Plaza Caracas. No es la primera vez que sucede.
«Nunca hemos estado divididos. El año pasado, y teníamos 10 años en la calle, logramos que el pueblo venezolano entendiera y nos acompañara en nuestra lucha, y logramos engancharnos emocionalmente con el pueblo venezolano», explica Luis Cano. «Pero, ¿qué ha pasado? Para nuestra desgracia los partidos políticos no han estado a la altura de la situación del país. No han tenido respuesta. ¿Qué hicieron? Empezaron a meterse, a infiltrarnos nuestra lucha y empezaron a dividirnos. Aquí los que están divididos son los partidos políticos. Nosotros no estamos divididos; nosotros estamos bien claritos para dónde vamos».
Remarca: «Nosotros no aparecimos el 9 de marzo en la calle. Venimos desde hace 10 años en la calle, pero hay mucha mezquindad por parte de ciertos sectores».
Pedro García, de la coordinadora nacional de jubilados y pensionados, expone su visión: «Nosotros no le pedimos carné, ni militancia política, ni credo religioso a ningún pensionado o jubilado que quiera incorporarse a esta lucha que estamos librando hace un tiempo. Nos une lo social. Aquí pueden ingresar todas las corrientes de pensamiento, porque el problema fundamental es lo social, enfrentar las políticas antilaborales y las que ejecuta el gobierno contra los pensionados».
Incluso, García da la bienvenida «a cualquier pensionado, a cualquier adulto mayor», e insiste en que «lo fundamental es la unión en un pliego de peticiones».
Si la agenda es la misma, ¿por qué no protestan juntos? Luis Cano responde: «Te lo voy a decir con mucha responsabilidad. Yo no puedo ir a una protesta que dice que es de jubilados y pensionados, y allí estaba la gente de la CTV. Había tres confederaciones de trabajadores, había un colegio, había una federación. Y allí habían 40 personas. Yo, allí, no puedo estar, porque si estamos hablando de confederaciones y de federación… Una confederación tiene que tener, por lo menos, 15 federaciones. Una federación debe tener 15 sindicatos. ¿Cómo me explicas la marcha que hicieron en la Plaza Morelos, que ique era de los jubilados y pensionados. Ahora todo el mundo quiere a los jubilados porque somos los que estamos en la calle, pero no hacen política, sino que te quieren secuestrar lo tuyo. ¿Cómo me explicas que, con todo ese aparataje que tenían en la Morelos, no llegaron a 50 personas? Eso hay que decirlo».
En Caracas, riposta Pedro García, hay una división del movimiento. Lo evalúa como un hecho puntual de la capital, porque «en el resto del país los sectores están incorporados con nosotros. En Caracas, ¿cuál es la razón para hacer marchas paralelas, protestas paralelas?».
La de la coordinadora se trata de una exigencia global y no circunscrita a la capital. «Entiendo que Luis Cano es miembro de la asociación de jubilados del Ipasme, pero aquí hay otras organizaciones de educación, salud, fiscalía. No podemos focalizar las instituciones. La lucha es más grande y tiene como objetivo la totalidad de los pensionados a escala nacional, y que se tomen en cuenta todas las expresiones de la administración pública». Sin embargo, reitera: «No competimos con nadie. Aquí cabemos todos».
Jubilados y pensionados venezolanos han llevado, si se quiere, la peor parte -al igual que los niños- de la emergencia humanitaria compleja. La Constitución vigente establece que las pensiones deben ser equivalentes al costo de la canasta básica. Se han visto obligados a vivir con una pensión de dos dólares al mes, que recientemente subió a casi 30 dólares mensuales. No han dejado de estar en la calle, pero este año sus manifestaciones han sido recurrentes. Prácticamente no hay una semana en la que no se reúnan para protestar.
Por encima de las diferencias ,tanto el frente como la coordinadora, han calificado de burla el anuncio del mandatario Nicolás Maduro, de pagar una compensación única de 10 mil bolívares a los jubilados entre 2018 y 2022 (unas 120 mil personas). Así lo expresaron en sendos comunicados. «El bono es discriminatorio, excluyente», condena García. «Ese monto no es aceptable, porque no compensa ni indemniza la pérdida casi total de las prestaciones sociales». Y va más allá: «Debe haber una indemnización a los trabajadores activos, también, por la pérdida del salario».
La coordinadora mantiene su exigencia de un pliego de siete puntos, que incluye -como lo detalla García- incrementar las pensiones al costo de la canasta básica, retomar el pago a los pensionados residenciados en el exterior (a quienes les quitaron el beneficio hace unos seis años), pensiones ajustadas al número de cotizaciones cumplidas al IVSS y al salario al momento del retiro, acceso a medicinas de alto costo y reactivación de la comisión de enlace que existía y que fue eliminada.
«No son dádivas, son derechos. La gente ahorró toda su vida, aportó a un fondo y eso lo quebraron. No son regalías de ningún gobierno. Eso nos une, eso lo planteamos a la gente. No le pedimos carné a nadie. En la coordinadora participan personas de todo el país, hemos logrado articular distintos movimientos, asociaciones a escala nacional. Estamos en los 24 estados del país; no estamos luchando solo en Caracas», afirma.
Para Luis Cano es fundamental que haya respeto. «Estamos exigiendo que nos respeten nuestro espacio. Queremos que nos acompañen, que nos ayuden, pero que no nos saboteen». Este «no es un problema de partidos; es un problema de trabajadores. ¿Que ellos vienen a apoyarnos? Eso es bienvenido, como sociedad civil», refiere Carlos Julio Rivera. Y hace una pregunta: «¿Es mentira que los sindicatos están divididos? ¿Es una mentira que hay dirigentes sindicales que de broma se mueven ellos solos? ¿Que no tienen base, que no tienen seguidores?».
Lo que está pasando se debe, considera Rivero, a que «no ha habido una unión real, o una voluntad política en beneficio de la clase trabajadora. No puedo recostarle mi responsabilidad a otro, porque si no hemos logrado unirnos, es culpa nuestra. Hay muchos intereses creados; hay mucho protagonismo. Por eso estamos como estamos». Los partidos piden que los gremios nos unamos, pero, ¿por qué ellos no lo han hecho?, interroga.
El problema «es que no hay una voluntad de ayudarnos los unos a los otros; hay una lucha de pueblo contra pueblo», lamenta, y pone el ejemplo de los aumentos de precios y de los ajustes en la tarifa del transporte público.
No obstante, más allá de las diferencias, todos aseguran estar dispuestos a conversar. «Nos une el artículo 80, el 83, el 91, que es nuestra bandera desde hace 10 años», reivindica Cano.
«Nosotros hemos invitado a Cano a formar la coordinadora de pensionados, lo invitamos a la protesta del 9 de marzo», expresa García. Esta es una organización horizontal. No pretendo ir a darles órdenes de cómo dirigir sus organizaciones, pero tampoco pueden dirigir otros sectores diferentes de su instancia natural. Cada espacio tiene sus propios dirigentes, pero nos unen las pensiones, las jubilaciones, el problema del salario. ¿Por qué no nos podemos unir en función de eso?».
Con o sin acuerdos, ambas organizaciones ya confirmaron que seguirán manifestando. La coordinadora confirmó que el 29 de mayo, por conmemorarse el día del adulto mayor, «vamos a la calle otra vez con una protesta nacional, unitaria. No es protestar por protestar, no es sacar protestas paralelas, que es lo que ha venido pasando: cuando la coordinadora plantea una protesta de inmediato salen otros compañeros a poner acciones paralelas, divisionistas y antiunitarias. Nosotros no estamos compitiendo con Cano ni con nadie, sino enfrentando una política contra los pensionados».
