El experto José Clavijo, director del Museo del Instituto de Zoología Agrícola (MIZA) de la UCV, advirtió este miércoles que las especies de abejas locales, las vinculadas con la polinización que ayuda a producir alimentos, son las más amenazadas por prácticas como el desmalezamiento de las ciudades.
Pérdida de hábitat, contaminación lumínica y expansión del área urbana son algunos de los factores que afectan a las abejas y a los insectos vinculados con la polinización. Por eso, propuso las «bioislas», que las personas pueden poner en sus propios balcones, en plazas y otros espacios.
Hay una maleza común, llamada algodón de seda, que si es eliminada «producirá un impacto dramático en las mariposas monarca», alertó el científico en entrevista con Unión Radio.
Las abejas están relacionadas con la polinización y producen alimentos, como la miel, aclaró. Más de 100 especies de abejas, que la gente ni nota, también cumplen otras funciones. «Hay un montón de especies de abejas locales que son pasadas por alto en muchos países suramericanos y que debemos prestarles atención». Si se sacan las supuestas malezas de sitios urbanos se afectará a las abejas autóctonas, advirtió.
Se desconoce el número de especies de abejas, acotó, debido a razones como la falta de investigadores. «Lo importante es saber que las abejas que reconocemos es una especie introducida en el país que desplazó a especies locales» y ha podido «ser factor de extinción de especies locales».
Un 70% de las plantas que alimentan a las personas son polinizadas por otros seres vivos, como aves, murciélagos, lagartijas, ranas y polillas, además de abejas.
Las abejas alrededor de la gente «están africanizadas», comentó, y eso lleva a cambiar las técnicas de cría porque son animales agresivos que pueden causar accidentes. En lo que va de año se han registrado al menos cuatro accidentes por abejas africanizadas, apuntó. En esos casos, recomendó llamar a bomberos o a Protección Civil.