La ciudad chilena cada febrero desde hace 61 años está acostumbrada a brillar con su famoso festival
Este lunes 24 de febrero Viña del Mar amaneció con barricadas humeantes, autos incendiados y el hall del emblemático Hotel O’Higgins completamente destrozado.
«Aquí justo, donde ves esos conos, quemaron un auto. Yo no sé qué va a pasar esta noche ni los 5 días que quedan de festival», expresó a Efe Don Pepe, portero de un edificio de viviendas en Plaza Vergara, lugar que amaneció con los semáforos y postes de electricidad caídos.
La protesta llevaba días anunciándose en las redes sociales bajo el lema «Calles con sangre, Viña sin festival» y voces de distintos espectros políticos y sociales habían pedido al Gobierno cancelar el certamen para evitar situaciones de violencia.