La explosión de bombonas de oxígeno en un hospital dedicado a pacientes de COVID-19 de Bagdad, Irak, dejó unas 82 muertes y 110 heridas, sin embargo, las autoridades estiman que la cifra de fallecidos puede seguir subiendo
Las autoridades iraquíes comenzaron este domingo 25 de abril una investigación sobre las causas que provocaron la explosión de bombonas de oxígeno y el posterior incendio en un hospital dedicado a pacientes de COVID-19 de Bagdad en el que murieron 82 personas y otras 110 resultaron heridas en la pasada noche.
El primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, pidió resultados sobre esta indagación en un plazo de 24 horas y habló de una negligencia «criminal», mientras que el presidente del país, Barham Saleh, atribuye en un tuit el siniestro a la «destrucción acumulada de las instituciones estatales por la corrupción y la mala gestión».
Un portavoz del Ministerio de Interior, aseguró al dar el balance de víctimas, que éstas sufrieron quemaduras o tuvieron que saltar desde una altura considerable para huir de las llamas y advirtió de que el número de fallecidos podría aumentar, debido a la gravedad de algunos de los lesionados.
En una grabación de una cámara de seguridad del hospital afectado, el Al Jatib, en el sureste de Bagdad, difundida por la prensa iraquí, se ve a un grupo de personas charlando en el pasillo frente a la sala donde tuvo lugar la explosión, justo antes de que se produjera, alrededor de las 22.20 del sábado hora local (19.20 GMT).