El alcalde Alexander Goncharenko reportó la muerte de cuatro niños y aseguró que entre los cerca de noventa heridos hay casos «muy graves» y personas que han perdido brazos y piernas
Al menos 50 personas murieron por el ataque de Rusia contra la estación de tren ucraniana de Kramatorsk, en el este de Ucrania.
El alcalde Alexander Goncharenko reportó la muerte de cuatro niños y aseguró que entre los cerca de noventa heridos hay casos «muy graves» y personas que han perdido brazos y piernas.
Se trató de un ataque en un punto de concentración conocido como lugar donde agilizar la evacuación de la población, insistió el gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko.
Por otra parte, Oleksiy Arestovych, asesor del jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, afirmó que el ataque estuvo precedido de un minucioso reconocimiento del objetivo por parte de Rusia.
«Las tropas rusas atacaron con un misil del tipo Iskander la estación de trenes de Kramatorsk. Hay que comprender que ataques de este tipo van precedidos de un reconocimiento minucioso del objetivo, como mínimo con drones, observando el terreno», dijo en su cuenta de Facebook que recoge la agencia Ukrinform.
Según Arestovych, se trata de «un misil demasiado caro» y es «demasiado difícil y arriesgado organizar ataques de este tipo».
«Vieron perfectamente que estaban golpeando a civiles, a primera hora de la mañana, que a esas horas en la estación había miles de personas tratando de salir, familias, niños, ancianos», agregó.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró este viernes que este ataque contra una estación de trenes es la prueba de que Rusia extermina a la población civil.
Zelenski dijo en Facebook que el ataque se produjo con misiles Tochka-U contra la estación de ferrocarril, «donde se encontraban miles de civiles a la espera de ser evacuados… Murieron casi 30 personas, cerca de 100 resultaron heridas de diversa gravedad».
«Este es un mal que no tiene límites. Y si no se castiga, nunca dejará de hacerlo», añadió Zelenski, según EFE.