El papa León XIV criticó el trato «extremadamente irrespetuoso» hacia los migrantes que llevan una vida honrada en Estados Unidos y respaldó el mensaje de los obispos estadounidenses, quienes han condenado la política de deportaciones del gobierno de Donald Trump.
«Creo que debemos buscar maneras de tratar a las personas con humanidad, con la dignidad que les corresponde», declaró el pontífice a su salida de la residencia de Castel Gandolfo. Aclaró que «nadie ha dicho que Estados Unidos deba tener fronteras abiertas», pues «cada país tiene derecho a determinar quién, cómo y cuándo entra la gente». No obstante, cuestionó el trato dado a personas que «llevan una vida honrada, muchas de ellas durante 10, 15, 20 años en el país».
El Papa también se refirió a los episodios de violencia en el tratamiento a migrantes por parte de las autoridades y afirmó que «los obispos han sido muy claros en sus declaraciones». Por ello, hizo un llamado a «todas las personas de Estados Unidos a que los escuchen».
Su intervención se produce días después de que la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (Usccb) emitiera un mensaje sin precedentes, en el que expresó su preocupación por «un clima de temor y ansiedad en torno a la discriminación racial y la aplicación de las leyes de inmigración».
En su declaración, aprobada casi por unanimidad durante su conferencia anual en Baltimore, los obispos criticaron la «estigmatización de los inmigrantes», las condiciones en los centros de detención y la pérdida arbitraria de estatus legal de algunos migrantes.
También manifestaron su inquietud por las «amenazas» de posibles redadas en lugares de culto, hospitales y escuelas.
«Nos duele ver a padres que temen ser detenidos al llevar a sus hijos a la escuela y al consolar a familiares que ya han sido separados de sus seres queridos», expresaron.






