La policía fronteriza de Panamá desmanteló este miércoles una organización que traficaba migrantes chinos, a los que facilitaba, en su camino hacia Estados Unidos, una «ruta VIP» con menos dificultades para cruzar la inhóspita selva del Darién.
«Hemos dado con la aprehensión de 15 personas vinculadas al delito de tráfico ilícito de migrantes», dijo el fiscal Emeldo Márquez. Todos los detenidos son panameños.
Los arrestos se hicieron en la localidad selvática de Santa Fe, cerca de la ciudad de Metetí en la provincia del Darién, región fronteriza con Colombia por la que miles de migrantes atraviesan rumbo a Estados Unidos.
Los detenidos, según el fiscal, operaban una «ruta VIP» que conlleva menos tiempo, pero por la que los migrantes debían pagar más dinero a los coyotes. Era utilizada principalmente por chinos.
Los agentes de la policía fronteriza (Senafront), en conjunto con fiscales, allanaron varias casas y fincas, donde incautaron una decena de vehículos utilizados por los detenidos para trasladar a los migrantes.
Algunas son viviendas sencillas de madera ubicadas al borde de la carretera Interamericana, mientras que otras se encuentran en lugares menos accesibles, a las que se llega por caminos de tierra, constataron periodistas de AFP.
Varias tenían cámaras y dispositivos electrónicos en las cercanías para, presuntamente, alertar de la presencia policial.
En los allanamientos también se encontraron camiones para transportar migrantes y casas con negocios en las inmediaciones, presuntamente para blanquear el dinero procedente del tráfico de personas.
El fiscal Márquez explicó que esta organización «operaba haciendo cobros por paquetes que iban desde los 2.600 a 8.000 dólares por persona».
Según el funcionario, los detenidos, que trabajan para bandas colombianas del Golfo de Urabá, ayudaron a movilizar a más de 700 migrantes por Panamá. Los arrestados arriesgan condenas de 15 a 20 años de cárcel.
Vía rápida
«Este delito es parte de las acciones del crimen organizado trasnacional» que «utiliza un fenómeno global como el flujo migratorio» y la «vulnerabilidad de los migrantes», dijo el comisionado Edgar Pitti, jefe de Senafront en la zona.
«Es una ruta que se ha denominado VIP por las facilidades que les brinda la misma en movilizarse más rápido que la ruta que están utilizando el resto de los migrantes», declaró Márquez.
Esta ruta permite a los migrantes salir de las localidades colombianas de Capurganá o Necoclí, en el Caribe, y llegar por mar a las localidades panameñas de Carreto o Caledonia.
De ahí se introducen a la selva para un trayecto que les lleva dos días. Quienes optan por esta ruta pueden realizar el recorrido en piragua, caballo o, incluso, en vehículos todoterreno.
El resto de migrantes tardan de 5 a 8 días atravesar la selva para llegar a la aldea panameña de Bajo Chiquito. Para esta opción, los migrantes pagan hasta 500 dólares por persona, según Márquez.
Desde Bajo Chiquito van en piraguas hasta un albergue, donde reciben asistencia de funcionarios panameños y de organismos internacionales. Luego siguen viaje en autobús hacia Costa Rica.
Ayuda de lugareños
En 2023, más de medio de millón de migrantes cruzaron esta jungla, donde enfrentan peligros como ríos caudalosos, animales salvajes y operan grupos criminales que roban, violan y matan.
En lo que va de año han atravesado la jungla más de 220.000 personas, en su mayoría venezolanos, aunque también ecuatorianos, colombianos, haitianos y chinos.
La cifra de migrantes chinos por el Darién pasó de 296 en el período 2010-2019 a más de 12.000 en lo que va 2024, según cifras oficiales panameñas.
Según la fiscalía, los chinos disponen de un mayor poder adquisitivo, lo que les permite pagar más a los coyotes por rutas más cortas y seguras.
El gobierno panameño anunció hace semanas el cierre de varios senderos usados por migrantes en la jungla.
El subdirector de Senafront, Larry Solís, manifestó que los coyotes reciben colaboración de lugareños.