El economista y exministro aboga por un acuerdo entre los factores políticos para resolver los problemas urgentes de la población y sentencia: «Hay que nacionalizar la salida política a la crisis venezolana. No pueden ser ni lo chinos, ni rusos ni Estados Unidos los que resuelvan nuestros problemas»
El encuentro fue pautado para producirse en horas de la mañana, «hay que aprovechar que hay internet y luz eléctrica en Maracaibo, después no se sabe».
Así pues, enviamos las claves correspondientes y la plataforma zoom nos sirvió para conversar con el profesor universitario Rodrigo Cabezas, para analizar la coyuntura económica y política que vive el país.
-¿Cuáles son las necesidades fundamentales que deben atenderse para darle respuestas a la gente?
-En otros tiempos habría respondido a partir desde los fundamentos macroeconómicos, pero hoy dadas las circunstancias que estamos viviendo y lo que los números que se aproximan a nosotros no dicen, ubico el problema el problema principal de los venezolanos en la alimentación. Hay desnutrición y hambre porque hay deficiencias en la alimentación de los que vivimos en Venezuela. Están afectados los sectores más débiles, es decir, niños, ancianos. Desde el punto de vista de la economía humana lo que se le reclamaría al liderazgo político y económico es un esfuerzo que permita el suministro de alimentos a la población. Estamos enfrentando un gravísimo problema de desnutrición y de hambre. Desde la ciencia económica se podría decir que cayó el consumo, pero lo que hay que decir también es que desde la distribución de lo que existe es muy mala e insuficiente. La oferta nacional y la oferta importada de bienes y servicios no alcanza y es un grave problema que hay que resolverlo.
-Sin recursos no se puede resolver. Venezuela no los tiene y no puede ir a los mercados financieros internacionales.
-La economía venezolana en los últimos 50 años no había vivido una circunstancia como esta. Había sido capaz de atenderla. En los años 90 había mucha pobreza que alcanzó 58% de la población, problemas graves de pobreza e inequidad, pero no había hambre. ¿Cómo se resuelve? Estamos en el contexto del deterioro de la industria petrolera, nuestra principal fuente de divisas. Cuando me haces la pregunta vienen a mi cabeza diálogo, negociación y acuerdo. Pensando en los venezolanos y esto es para que los actores políticos le den una salida a esto.
Rodrigo Cabezas analiza el rol de los protagonistas del debate político y sentencia que el Gobierno de Nicolás Maduro no lo puede resolver económica, ni políticamente.
«La economía está completamente deteriorada. La industria petrolera está en el suelo y hay un bloqueo económico y financiero. No lo puede resolver políticamente, porque el país nacional lo adversa».
Al voltear la mirada hacia la oposición indica que, no tiene la herramientas para afrontar el problema.
«No lo puede resolver la oposición por legítima que sea la Asamblea Nacional que lidera Juan Guaidó, porque no tiene los recursos ni el dominio territorial del país. ¿Quién lo puede resolver? Yo estoy de acuerdo con que los venezolanos puedan ponerse de acuerdo en este momento tan dramático que vive el país en un Gobierno de Emergencia Nacional incluyente, no sectario. Que piense en la gente y que se pueda resolver esto en el plano económico, porque se requieren muchos recursos para resolver el problema de alimentación y sanitario. Lo que falta es voluntad política.
-Ese es un planteamiento hecho por la oposición que no tiene la suficiente fuerza para obligar al oficialismo a una salida de este tipo.
-El juego está trancado. Pero no veo otra. Escuchas a los políticos y a algunos economistas equivocados decir que tocamos fondo. Las economías no desaparecen, no tocan fondo. Cada vez tenemos la posibilidad de estar peor. Eso es lo que hay que detener, porque el deterioro económico y político es muy grave. Hay que entenderlo desde desde el punto de vista humano.
El economista hace una brevísima pausa y suelta esta frase: «Desde la ciencia económica puedo decir que todo el esfuerzo para producir y distribuir riqueza es para el ser humano».
Hace otra pausa, esta vez un poco más larga. Parece sacar de una de las gavetas de su mente, justamente en donde guarda los manuales de su formación ideológica y su arsenal de principios, un salvoconducto para hacer la siguiente afirmación: «Lo dice un hombre de izquierda que cree en la ideal de igualdad sustantiva en derechos. Pero, en este momento vale la pena hacer un esfuerzo no socialista, no capitalista. No de derecha, no de izquierda, ni de centro. No religioso. Un esfuerzo venezolano para atender el problema»
La eleciones no son
Respecto al tema electoral lo demerita en la medida que se da «como lo está proponiendo el Gobierno».
«La estrategia del Gobierno está clara. Quitarle los partidos a AD, Voluntad Popular, Primero Justicia y puede pasarle a Un Nuevo Tiempo. Es decir, los partidos competitivos, con un CNE que es consensuado», dice Cabeza.
-Ahora el CNE es tres a dos.
-Eso es un adorno. Tengo respeto por uno de los rectores, pero el andamiaje electoral es controlado por el Psuv. A otros con esa ilusión.
-Pero eso es lo que hay.
-Deben darse condiciones mínimas. Lo dice un venezolano que tiene un voto. Esa es el arma que tenemos los venezolanos. En lo personal descarto y estoy radicalmente opuesto, por razones principistas, de acciones violentas y a una intervención militar en mi país. Reivindico la posibilidad civilizatoria de que los venezolanos participemos en un evento electoral con todos los sectores de la vida social que lo reclaman. Quiero elecciones limpias no atropelladas.
Habla de construir una salida a la crisis política, para ir hacia un programa económico que acabe con las distorsiones.
Habla de acudir a los organismos multilaterales para levantar los recursos que fortalezcan las reservas internacionales y así poder darle estabilidad al tipo de cambio y lograr avanzar hacia la estabilización de la economía atacando la hiperinflación.
Finalmente indica que debe hacerse un esfuerzo por «nacionalizar la salida venezolana. Debe ser hecha por manos venezolanas, sin tierra arrasada para nadie. Ni para el madurismo, ni para la oposición. Una salida civilizada, no violenta que debe ser profundamente democrática. ¿Y qué es lo profundamente democrático? Que el pueblo sea el que decida. Los 15 millones que podemos votar. Permítannos que nuestras armas, que son los votos, hable».