Me he sentado con el sector oficial y eso no significa que estoy cediendo, afirma el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas. Frente a la agresión del Estado, el comerciante dice “yo me informalizo”, advierte Palacios. Si quieres reactivar la economía debes favorecer el producto hecho en Venezuela, subraya
Leonardo Palacios no parece encajar con los retratos colgados en la sala de reuniones de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas. Sus facciones son las de los hombres hijos de mezclas, no las de los habituales “amos del valle” que han encabezado este organismo. Su tránsito, además, como profesor universitario y como constituyente en 1999 lo convierten en la persona justa en el momento justo: siete meses de confinamiento, comercios arruinados por la crisis previa y rematados por la cuarentena.
“Yo no tengo prurito en decir que me he sentado con el sector oficial. Me he sentado con el Ministerio de Finanzas, con el Seniat, con el Banco Central de Venezuela, como organismo empresarial. Eso no significa que estoy cediendo. Simplemente estoy defendiendo los intereses de mis afiliados”, asevera en conversación con contrapunto.com.
La entrevista se realizó el jueves 15 de octubre. En ese momento Palacios señaló que es inaceptable que sectores económicos siguieran cerrados, como el de licores, con lo que eso implicaba (ventas clandestinas contrabando, productos sin control sanitario). También, criticó las restricciones para los restaurantes. Esto cambió a partir del domingo 18 de octubre, cuando el gobierno de Nicolás Maduro anunció una reapertura amplia que incluyó a los licoreros.
Palacios cuenta que –a pesar de la profundas diferencias políticas- ha tenido cercanía con la alcaldesa del municipio Libertador, Érika Farías, quien los convocó para buscar una comunicación fluida. “Lo hemos hecho también con el gobernador de Miranda, nos hemos sentado a conversar” sobre la flexibilización. “La cuarentena rígida no logra nada. Eso te trae mayor contrabando, mayor informalidad, mayores problemas desde el punto de vista sanitario”.
Espera que, antes del mes de diciembre, se logre la reapertura total y sin cortes: “Hay que adelantar” la fecha.
“He tratado de hablar siempre de la pandemia económica: El temor cierto que tenemos de que, con esta serie de medidas que se han tomado, de cuarentena estricta e improvisaciones”, falta de coordinación y abuso de autoridad, detención de mercancía y de personas, el sector empresarial no pueda seguir.
“Estamos en contra de la informalidad, pero la misma presión fiscal” del gobierno no ayuda, subraya el dirigente gremial.
Pide medidas para poder aliviar al sector. “Tienes que levantar la inamovilidad laboral, que castiga siempre al trabajador. No puedes estar aumentando el sueldo de forma compulsiva por vía de decreto, porque eso genera inflación; la mayoría de los empresarios pagan el salario por encima del salario mínimo” y eso implica “llegar a tener la posibilidad de incrementar nómina pero que no te castiguen con tributos parafiscales”.
Las inversiones que hacen los comerciantes para cumplir con los requisitos de bioseguridad no son un asunto menor. Palacios enumera los túneles de desinfección, las mascarillas, el gel, las pruebas de detección del coronavirus, el transporte para los empleados o el pago de gasolina. Todo esto puede aumentar “el doble de lo que te representa”.
Reitera que los comerciantes “no nos financiamos con el IVA”, impuesto que desde 1991 se cobró mensualmente. “Tú no puedes meterle la mano en el bolsillo al empresario, con anticipos semanales que ahora se llevaron a quincenales, y tienes también anticipos a escala municipal. El flujo de caja se afecta. ¿A qué está llevando eso? A que la gente se vaya al sector informal”.
-¿Cómo es esa informalización del sector comercial?
-Evitando no facturar. Tienes por ejemplo el sector informal en el que ves el contrabando de insumos, de medicinas, de ciertos elementos que llevan a que en las calles veas una cantidad de medidas que es imposible llevar adelante en una economía formal.
Fustiga la política de encaje bancario: “No hay forma de acceder al crédito, de pedir prestado para cumplir con el pago de impuestos, como se hacía antes de 2018. No hay posibilidades para adquisición o líneas de crédito”. Sigue la suma de problemas: fallas eléctricas, escasez de gasolina.
Palacios afirma que hay escasez de productos. “¿Qué es lo que sucede? Que hay una ilusión de suministro por vía de la economía de bodegón. La economía de bodegón no es la economía que te da recaudación”. Es competencia desleal, alerta.
“Si quieres una economía que se reactive tienes que reactivar el aparato productivo, tienes que favorecer el producto que se produce en Venezuela. Comprar venezolano es reactivar la economía”, asevera.
-Si no hubiese bodegones, ¿tendríamos escasez?
-Claro que tendríamos escasez. Es imposible producir con todo lo que representa. ¿Cómo vas a producir si no tienes combustible? ¿Cómo vas a distribuir lo que puedes producir si no tienes la posibilidad de acceso a repuestos? ¿Cuántos transportes son saqueados en la carretera? ¿Cuántos transportes llevan 100 kilos de mercancía y terminan teniendo 70 kilos porque tienen que distribuir?
Se debe regresar, reitera, a “un encaje normal, que exista la intermediación financiera, que los bancos tengan la posibilidad de fijar las tasas de interés sin ningún tipo de control”.
Advierte que hay “una contradicción nacional entre la imposición nacional y la municipal, no tienes reglas claras, la administración tributaria es proclive a la extorsión, se utiliza la amenaza continua contra el empresario, parte de la concepción de que el empresario es un evasor por naturaleza” es difícil que no haya evasión.
“Hay una tendencia peligrosísima, que nosotros no estamos favoreciendo ni queremos favorecer, a la evasión. Se está creando una suerte de derecho a la informalidad. Frente a la agresión del Estado, yo me informalizo” y eso es peligroso, reflexiona.
“El problema de evasión es un problema de país. Cómo estructuramos un sistema impositivo empático”, insiste.
-¿Cómo debería ser?
-Un sistema que te diga: estamos en una situación de depresión económica con todo lo que representa, los mercados internacionales deprimidos. Se nos cayó la parte fiscal y entendemos la parte petrolera. Pero tampoco puedes usar esa frase que nos chocaba en los años 80, “el petróleo eres tú”. ¿No hay petróleo y entonces voy a saquear el bolsillo del empresario, y del empresario formal? No.
Si un empresario tiene líneas de producción cerradas, una parte de la capacidad instalada de su empresa totalmente parada, y no puede acceder a bienes ni financiamiento, encima debe cerrar su negocio, no tiene rentabilidad, “¿por qué me vas a obligar al impuesto al gran patrimonio?”. Es partidario de derogar ese impuesto “por regresivo, por poco práctico, por poco productivo”, y si no, al menos suspenderlo.
Las empresas que hayan mantenido o incrementado nómina podrían beneficiarse de una reducción de deuda. “El gobierno pudiera bajar en ciertos montos o en ciertas actividades el impuesto a las grandes transacciones. 2% es plata sobre el ingreso bruto. Yo, gobierno, sabiendo que me están boicoteando los municipios los ingresos, pondría un parao y diría vamos a ponernos de acuerdo”. Se debe llegar “a un acuerdo de armonización discutido”, evitar la voracidad, racionalizar.
“No puedes sacar dinero de donde no hay única y exclusivamente en el sector formal, porque allí es donde comienza la evasión fiscal”, reitera. Palacios sabe de lo que habla.