El economista señala que el país avanza hacia la hiperinflación y teme que el ejecutivo se vea obligado a emitir dinero inorgánico
Con la misma voz de locutor que le abrió otras puertas en el pasado, el economista Antonio Paiva comienza a detallar la situación de la economía venezolana. Bebe, casi uno tras otro, el café guayoyo que le sirven en una cafetería ubicada en el City Market. Mientras hilvana los diagnósticos, la economía camina en dos piernas a su alrededor.
«El dólar paralelo, que es el marca los precios, está casi en 115 bolívares. Y el oficial, en 92 bolívares (esta entrevista se hizo el martes 13 de mayo). Lo terrible es que va a seguir creciendo, porque el Banco Central de Venezuela no tiene recursos para alimentar el mercado y contener el deslizamiento del tipo de cambio», describe el profesor universitario y asesor.
Por eso, «la mayoría de los economistas pronosticamos que la inflación para este año va a ser de tres cifras. Desde que comenzó el mes de mayo hemos tenido cifras medias, con probabilidad de que nos estemos acercando al 200 % de inflación». Lo pone en términos sencillos: «¿Eso qué significa? Que lo que costaba un bolívar, el 31 de de diciembre te va a costar 200 bolívares. Y con la rigidez que existe en los salarios, eso significa mucho sufrimiento y mucha penuria para el venezolano, para la familia, para los jóvenes. También, para el gobierno, que va a verse obligado a emitir dinero inorgánico, que es como echarle gasolina al fuego».
-¿Por qué se va a ver obligado a emitir dinero inorgánico?
-Porque tiene mucho gasto. Tiene una nómina absolutamente desmedida, que no cumple las funciones que debe cumplir. Eso lo constata la gente cuando va a hacer un trámite, presentar a un niño que nació, ir a buscar un certificado de salud, ir a inscribir el niño en la escuela, porque para todo se ha institucionalizado la «bajada de la mula», que en México llaman «la mordida». La mordida tal vez es más gráfica. En Venezuela lo están sintiendo los jefes de familia, las madres. Para una muchacha, comprar un paquete de pañales va a ser cuesta arriba, porque ella gana, en promedio, unos siete u ocho dólares diarios.
-¿Eso significa que vamos a la hiperinflación?
-Ese es el camino. Una vez que esta cifra se sostenga por seis meses, desde el punto de vista técnico ya es hiperinflación.
-¿La veríamos este año?
-Posiblemente sea una dura realidad, con un peligro de que se acelere y se acerque en el tiempo. El tercer trimestre de 2025 puede estar dando algunos síntomas de hiperinflación.
Conecta este panorama económico con la voluntad de marcharse del país. «Ya no se puede emigrar a Estados Unidos porque el riesgo es muy alto, pero va a continuar la migración hacia Suramérica y vamos a ver venezolanos en Australia, en países árabes, porque aquí no hay vida».
-¿A qué se refiere?
-La gente no puede sostener su presupuesto familiar, los productos van a encarecerse de manera desmedida y ya lo sientes cuando vas al mercado. Las oportunidades de trabajo se van a reducir. Un profesional no llega a 300 dólares de salario, que son 10 dólares diarios, y la canasta alimentaria está en 18 o 20 dólares.
-¿Cuál es el cambio real?
-Habría que calcularlo. Pero yo, más que una cifra nominal, planteo la necesidad que tiene el país de generar ingresos.
-¿Cómo?
-La única manera que tiene Venezuela de generar ingresos es con el petróleo. La segunda manera de generar ingresos es con el petróleo. La tercera manera de generar ingresos es con el petróleo, porque aquí no se produce más nada.
-¿Lo que se está exportando?
-¿Qué se está exportando? Eso se exporta porque hay un dólar que permite adquirir materia prima e insumos a un costo relativamente más bajo, pero nuestra agricultura es profundamente ineficiente. Una vaca venezolana produce siete litros de leche al día, y una vaca suiza produce 40 litros diarios. Acá producimos caña de azúcar, café, cacao; producimos apenas 10 rubros que ni siquiera alcanzan para el consumo interno.
-Usted habla de producir petróleo, pero estamos trancados allí.
-Hay que negociar con Estados Unidos.
«Venezuela se va a ver obligada a negociar con Estados Unidos y Estados Unidos se va a ver obligado a negociar con Venezuela por el petróleo. Tiene que haber una agenda de negociación que pase por el tema político», enfatiza.
Paiva remarca que «con gritos no vas a producir harina pan, ni leche, ni refrescos, porque lo que no producimos hay que importarlo, y lo que producimos hay que exportarlo».
-¿La relación con Rusia y otros países puede ayudar al país?
-Rusia tiene suficiente petróleo como para bañarse todos los días. Ellos saben, además, que los países europeos necesitan de la energía. Países Bajos está importando gas de Rusia, porque no va a permitir que su gente se muera de frío.
-¿Rusia no nos necesita?
-¿Qué va a hacer Rusia con el petróleo nuestro?
-¿China no nos necesita tampoco?
-Eso es otra cosa. A China le interesa el petróleo venezolano porque tiene una expansión hacia América Latina impresionante. La gente no se ha dado cuenta. El puerto que montaron en Perú es algo fuera de serie.
¿Quién puede apalancar a Venezuela? Paiva cuestiona la gerencia pública y considera que así es «muy difícil» porque «llegan a acuerdos que no cumplen».
-Si usted pudiera decidir, y que lo escucharan, ¿qué propondría?
-Primero, cambiar la gerencia del país. Poner gente que sepa en economía y en la vida cotidiana. Que no puedas registrar un muchacho, que si no te «bajas de la mula» no te divorcias… Tienen que funcionar las cosas. Siempre he sido optimista, pero a veces siento la desolación.
-Usted cambiaría la gerencia. ¿Qué más haría?
-Insistir en una real apertura petrolera.
-¿Y las sanciones?
-Para poder tener producción petrolera tienes que resolver las sanciones, y eso tiene un precio. El gobierno debería pagar ese precio, y de alguna manera, los venezolanos.
-¿Por qué?
-Porque una negociación para por «hacerse la vista gorda» con muchas cosas.
-¿A qué se refiere?
-A que hay que hacerse el loco y tragarse un burro sin eructarlo. Tienes que perdonar para que haya un acuerdo. El acuerdo no es solo que el gobierno ceda, sino que la población, la dirigencia política. Hay mucha expectativa de venganza, y en política las cosas no son así. Una transición más suave que la hubo en España es difícil encontrar en el mundo. Y la hicieron. ¿Y cuál fue el costo? Aguantar al que era franquista hasta ayer y ahora todos bailamos flamenco y somos españoles, pero pasó una época muy difícil cuya expresión más difícil fue el golpe de Tejero.
-¿Ese es el camino que usted ve?
-Es el camino que yo creo.
-¿Eso evitaría la hiperinflación?
-Empezaríamos a normalizar la economía, lo cual significa que podemos rebajar la inflación, generar empleo, fortalecer la familia que hoy está dividida por los que están fuera. Muchos no van a volver.
Paiva señala a algunos empresarios que se han acercado al gobierno. «Ellos creen que les van a devolver las empresas. Qué les devuelvan las empresas. ¿Qué van a hacer con eso? Afuera no pueden vender, porque no son competitivos; están buscando el mercado interno y la gente no tiene con qué comprar».
-¿Cómo se resuelve eso?
-Por eso digo que el petróleo es imprescindible, que es lo único en lo que somos eficientes. Creo que la vida, las circunstancias, van a obligar a una negociación, y por eso va a ser posible. China necesita el petróleo de Venezuela, no tanto para ellos como para sus aliados, porque no pueden permitir que Perú colapse, necesitan que Argentina siga prosperando y que Centroamérica compre productos chinos, y para eso necesitan tener petróleo. China es un enorme productor, pero eso apenas le sirve para su consumo interno.
-¿Solo con China mejoramos nuestra situación?
-Es uno de los vectores que puede mejorar. Sin embargo, hay que vencer la desconfianza que China tiene en la gerencia venezolana.
