En 2018 el salario fue incrementado en seis ocasiones y la curva inflacionaria se mantuvo en ascenso. Este año la inflación se desaceleró en febrero y marzo, luego de que el Gobierno abandonara el esquema de aumentos bimensuales, y tras cuatro meses sin nuevo sueldo se espera que la inflación retome la senda alcista
A pocos días del acostumbrado aumento salarial del 1° de mayo, se observa como elementos presionan un nuevo aumento de la inflación, que se desaceleró en los primeros meses del año producto de las medidas de encaje legal, depresión de la demanda y, a partir del mes de marzo, por los apagones y la falta de liquidez monetaria, manteniéndose aún en el rango de hiperinflación.
De acuerdo con las cifras de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), la inflación se ubicó en 18,1% en marzo, lo que constituye un desaceleración con relación al mes de febrero cuando se situó en 53,7%. La acumulada de 2019 quedó en 429,3% y la interanual en 1.623.656%.
Por su parte, el informe del Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) señala que en el mes de marzo se requerían 86,4 salarios mínimos para cubrir la canasta alimentaria familiar que se ubicó 1.555.866 bolívares, según sus cifras.
Las curvas demuestran el impacto del aumento de salario sobre la inflación. Este año el salario mínimo solo ha sido aumentado en una ocasión, en el mes de enero, cuando subió 300% y pasó de 4.500 a 18.000 bolívares. En ese mismo período, la inflación registró un incremento de 58,29% al pasar de 1.698.488% a 2.688.670%.
En 2018 el Ejecutivo Nacional incrementó en seis ocasiones el salario mínimo de los trabajadores y la curva inflacionaria se mantuvo en ascenso.
Este año la inflación se desaceleró durante los meses de febrero y marzo, luego de que el Gobierno abandonara el esquema de aumentos bimensuales, y tras cuatro meses sin nuevos incrementos, se espera que la inflación retome la senda alcista.
Aunado al incremento salarial esperado para el mes de mayo, el economista Asdrúbal Oliveros estima un nuevo incremento en la inflación como consecuencia de las sanciones petroleras, cuyo impacto se sentirá en los meses de abril y mayo, y los efectos de los apagones en la producción.
En ese sentido, el primer vicepresidente de Fedecámaras, Ricardo Cussano, afirmó que «no hay salario que soporte la inflación», ya que, explicó, un alza en el ingreso mínimo de los trabajadores requiere medidas que la respalden.
Asimismo, señaló que esas medidas no deben contemplar control de precios ni de cambios. Por el contrario, considera necesario crear estabilidad política y generar confianza para las empresas.
En medio de este escenario, durante la segunda semana de abril las cotizaciones del dólar se dispararon tras casi dos meses de «estabilidad», luego de la intervención del Banco Central de Venezuela a finales de enero con la implementación de una política de restricción de liquidez a través del ajuste del encaje legal.
El economista Asdrúbal Oliveros explicó que al dólar paralelo «lo presiona un entorno hiperinflacionario, una caída brutal de la producción petrolera que afecta el flujo de caja en dólares, un déficit fiscal financiado en su totalidad vía expansión monetaria, y una caída brutal de la oferta de bienes y servicios. En ese contexto, el tipo de cambio solo puede subir”.
La firma Econométrica agrega que la inflación está aumentando a una tasa superior a la del dólar paralelo, en buena parte debido a que existen bienes cuyos costos de reposición están siendo estimados a un tipo de cambio superior al presentado en el mercado negro.