Mercado negro de la gasolina cotiza entre 1 y 5 dólares el litro: La más cara del mundo

José Gregorio Yépez

El Gobierno de Nicolás Maduro anunció un programa para enfrentar el nuevo capítulo de escasez. No precisa cuáles serán acciones pero se conoció que el Psuv comienza a activar su maquinaria para evitar desórdenes alrededor de las estaciones de servicio

La situación de la escasez de la gasolina comienza a mostrar su peso al tocar Caracas en donde las colas parecen serpientes que se entretejen dentro de la ciudad y pone en evidencia una situación que es el pan nuestro de cada día de los habitantes del interior del país.

Ya no importa si la estación de servicio cobra en dólares o es regulada. Las colas son inmensas en todo el país. Ante el desarrollo de un mercado negro que cotiza entre uno y cinco dólares el litro la posibilidad de colocar gasolina a medio dólar se hace atractiva para todos los conductores que tienen a sus vehículos con los tanques sedientos.

En el trabajo de campo que realizamos en Contrapunto.com observamos como en el sector de La Castellana la estación de servicio Blandín reiteradamente presenta largas y según los consumidores que esperaban el martes pasado indicaban que había pasado cuatro horas en ella. Sin embargo, a la misma pregunta el jueves pasado la respuesta fue de ocho horas.

Cualquier habitante del interior país desearía hacer una cola de cuatro horas para surtir en una estación de precio internacional. Los tiempos después de Tazón hacia occidente y luego de pasar Guarenas hacia el oriente del país son alarmantemente superiores.

Tres o cuatro días en promedio según la información que se ha logrado recabar, en donde están las cuatro y ocho horas caraqueñas hasta los 22 días que reportan algunas personas en la ciudad de Barquisimeto.

La escasez golpea en la cara a la capital y se hace noticia una realidad cotidiana de las regiones del país.

Hablemos de precio

El mercado negro de la gasolina se reactivó de una forma feroz y en Caracas se cotiza en una franja que va desde los uno a dos dólares y medio. Es el mercado más joven que tiene el país. En cambio Maracaibo

Si uno se mueve hacia occidente las cosas suben considerablemente. En la ciudad de Barquisimeto, luego de estandarizarse en medio dólar lo que se paga en cualquier estación sea regulada o de precio intrnacional, el mercado alternativo tiene como piso los 2,5 dólares litro de gasolina.

Al llegar a Maracaibo el precio sube de manera exhorbitante en la capital del otrora estado petrolero que aportaba la mayor cantidad de recursos a las arcas nacionales producto de la explotación de los hidrocarburos.

«En la Maracaibo mía…» como canta la gaita se llega a cotizar el litro de gasolina en cuatro y hasta cinco dólares, según la información que ha posido recabar Contrapunto.com en su consulta.

Esto hace que en algunos casos los venezolanos paguen la gasolina, incluso por encima de lo que se paga en Hong Kong, que según el portal GlobalPetrolPrices.com es el precio más alto que oficialmente existe en el planeta al ubicarse en 2,24 dólares.

El país con las reservas petroleras más grandes del planeta tiene, oficialmente la gasolina más barata del mundo, pero su población es forzada a pagarla hasta por el doble del precio de la gasolina más cara del mundo.

Nuevo plan

Por su parte el Gobierno de Maduro anunció que tomará acciones para mejorar el abastecimiento de gasolina y según un comunicado oficial se trata de «la puesta en práctica, de forma temporal, de un plan especial de contingencia para el suministro de combustible que tenderá a normalizar y regularizar en este nuevo esquema de distribución en el corto y mediano plazo».

El anuncio lo hizo la comisión «Alí Rodríguez Araque» sin explicaciones precisas de la estrategia y el comunicado se limita ha señalar las «nefastas consecuencias del vil bloqueo» que Estados Unidos ha impuesto al sancionar a numerosos representantes del Ejecutivo venezolano y castigar a las personas o gobiernos que hagan negocios con los sancionados.

«Este ataque imperial a nuestra soberanía ha traído graves perjuicios a toda nuestra industria energética, recayendo en mayor medida sobre nuestro sistema de refinación y producción de combustibles», señala el comunicado.

Más adelante habla de que se «hacen grandes esfuerzos para abastecer la demanda nacional de combustible e impulsar los niveles de producción, mediante el fortalecimiento de la infraestructura industrial y tecnológica».

Regresan las viejas preguntas para problemas que su antigüedad los hace más graves.

¿Podrán reactivar las refinerías?

¿Habrá gasolina para transportar los insumos médicos y pruebas de los enfermos de COVID-19?

¿Habrá gasolina para las elecciones?

No lo sabemos. No lo podemos proyectar en este momento porque no tenemos bolas de cristal para ver el futuro, solo tenemos los pies planos para pisar tierra y leer la coyuntura económica y política.

El juego sigue.