Lamentamos no tener todos nuestros campos sembrados, enfatizó Ramón Elías Bolotín
Para los productores agrícolas las lluvias son una bendición, especialmente en el ciclo invierno, que se producen el maíz y el arroz que alimentan a los venezolanos, indicó este jueves Ramón Elías Bolotín, dirigente de Fedeagro.
Bolotín comentó que el fenómeno meteorológico anunciado para estos días se sabía que no afectaría los llanos, no se esperaban mayores problemas.
Este año 2022 es un año maicero, porque se alternan días de sol brillante con días de sol lluvioso; no es un año seco o excesivamente lluvioso, refirió. Las lluvias moderadas son un gran respiro para los productores, reafirmó en entrevista con Unión Radio.
Desde hace cuatro o cinco años no teníamos un año tan bueno para el maíz, destacó.
Recordó que en Portuguesa se logró sembrar 85% de una intención de siembra de 120 mil hectáreas. En el centro del país (Guárico) están en plena siembra.
«La agricultura en Venezuela cayó en el fondo. Producíamos 70% de los alimentos y caímos a 20%. En los últimos dos años ha habido una pequeña recuperación» por lo que falta mucho «para que Venezuela logre su autoabastecimiento». La demanda nacional cayó mucho también, y la producción nacional resuelve 40% de lo que se necesita. «Portuguesa produce la mitad del maíz que se consume en el país».
El principal problema es el financiamiento bancario, necesario para la siembra de cereales. «Para los programas de producción la banca aportaba 70% y el privado 30%. Hoy solo hay el 30% del privado». El encaje bancario «está frenando la recuperación del campo venezolano».
Para producir una hectárea de maíz se necesitan 1.500 dólares, calculó. Necesitaríamos unas 600 mil hectáreas para la satisfacer el consumo nacional, según indicó el productor.
En cuanto al maíz amarillo, como no ha habido financiamiento ni infraestructura, solamente se siembra 20%.
La vialidad agrícola ha sido desatendida, hace falta un plan de renovación de maquinarias con un plan nacional. «En Venezuela hay 85 mil tractores, según el último censo de hace 15 años. 95% son obsoletos, y habría que reemplazarlos todos».