Desde su empresa RG SOCCER, Restifo trabaja en beneficio de los jugadores que están bajo su tutela y creando la química necesaria para el beneficio de todos los involucrados
Ser agente FIFA en el fútbol es una labor fundamental para el crecimiento del Deporte Rey, en Venezuela esta figura ha crecido y han tenido que «guerrear» de la mano de la evolución de nuestros jugadores.
Para conocer más sobre el trabajo de los agentes, Contrapunto conversó con Eligio Restifo, un hombre entregado a nuestro fútbol, descendiente de italiano y francesa, y con la pasión por el fútbol en todas esas facetas que lo llevaron a continuar ligado al balompié.
Eligio Restifo ejerció funciones desde 2004 hasta 2008 como directivo, director y accionista del Deportivo Italia en nuestro fútbol nacional.
En 2010 decidió dejar su cargo para convertirse en Agente FIFA, en aquel momento tenía que aprobar un curso dictado en su momento por la federación y únicamente existían sólo cinco agentes en Venezuela. Luego de aprobado, le dieron su carnet número 007 y allí comenzó el camino de una apasionante carrera.

Los primeros cuatro futbolistas en la carrera de Eligio fueron Cristian Cásseres, Geancarlos Martínez, Edder Farías y Engelberth “El Chispa» Briceño. Hoy en día cuenta con más de 15 futbolistas entre nacionales y extranjeros, entre los que se destaca Jacobo Kouffati que ha jugado en Chile, Ecuador, China. También destaca Edder Farías y su llegada a Portugal y Colombia, Rafael Arace en Unión Española.
Considera que representar jugadores venezolanos es un orgullo: “Trabaje y jugué en el fútbol venezolano y es mi objetivo seguir apoyando particularmente a los jugadores ya que están más capacitados tanto en lo físico como mental”, subrayó.

De igual manera señaló que las puertas se han ido abriendo de manera significativa para los futbolistas venezolanos, debido al éxito que han obtenido: “En Brasil la tierra de los números 10, tenemos tres exponentes que la están rompiendo como Soteldo, Otero y Savarino, eso debe ser un orgullo para todos los venezolanos”.
Afirmó que los agentes son catalogados por la manera en que los clubes respetan el trabajo y las condiciones, por criar y formar a los jugadores estrellas y tener un punto intermedio que no perjudique ni al club ni al jugador.

Sin embargo, reconoce que en determinado momento puede no ser muy bien vistos por algún club debido a que el jugador quiera marcharse o simplemente mejorar las condiciones: “Pueden pensar que uno es el que quiere perjudicar, pero eso se habla, es parte de nuestro trabajo”, señaló.
En el plano del fútbol considera que la pandemia ha generado un caos terrible por las disyuntivas en las terminaciones de los contratos y la validez de los mismos por los movimientos de apertura y financiación de torneos que se han movido mucho.

“Te agarra un poco desprevenido porque ya teníamos la costumbre de los fichajes entre entradas y salidas de otros países y ahora va cambiando de acuerdo a la adaptación a la pandemia de cada liga”, afirmó.
Para ser un buen agente asegura que hay que valorar la relación jugador-agente: “Debe ser una relación de amistad, una familia. Van a existir momentos difíciles entre los financieros, deportivos, lesiones, deben estar seguros el uno del otro”.

Para iniciarse en este oficio asegura que la confianza es clave: “Debe haber feeling, tienen que haber jugadores que crean en nuestro trabajo y creer que se pueda construir un futuro claro”.
Finalmente hizo énfasis en que lo principal para un agente es saber el jugador que se tiene y a la liga donde se va a conducir, siempre teniendo los pies sobre la tierra.