Los enviados por Barcelona, Real Madrid y Juventus de Turín han sido descartados por insuficientes. Ninguno de los tres potenciales compradores parece tener la misma voluntad compradora que el PSG mostró en el verano de 2017
Neymar no encuentra la puerta de salida del París Saint-Germain y el club francés ha virado su posición: la predisposición a dejarle partir se ha tornado en un intento para crear el clima para que se quede.
Apenas queda tiempo para que cierre el mercado invernal de fichajes y con el dinero que podría embolsarse por el brasileño sería difícil atraer en pocos días a una estrella de talla internacional que le sustituyera.
A ello se suma la baja por lesión de sus dos delanteros más valiosos, el francés Kylian Mbappé, que con un desgarro en la pierna izquierda estará un mes de baja, y el uruguayo Edinson Cavani, tres semanas alejado de los terrenos de juego por una lesión en la pierna derecha.
El entrenador, Thomas Tuchel, ya había advertido que mientras no se clarifique su futuro el club le ha dejado al margen del plantel.
En los últimos días hay varios síntomas que indican que el PSG busca la manera de que se quede.
La semana que comienza se antoja decisiva, con el partido del próximo viernes en Metz, a tres días del cierre del mercado de fichajes, como punto culminante. El club sigue abierto a recibir ofertas, pero no está dispuesto a aparecer como perdedor en este envite.
Los enviados por Barcelona, Real Madrid y Juventus de Turín han sido descartadas por insuficientes. Ninguno de los tres potenciales compradores parece tener la misma voluntad compradora que el PSG mostró en el verano de 2017, cuando arrancó al jugador al Barça tras pagar los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión.