Los Tigres han planeado un extenso calendario promocional y de boletería en torno a las celebraciones de la carrera de Cabrera. Pero también necesitan sus hits desde un punto de vista competitivo. El jueves se fueron de 4-0 con corredores en posición de anotar y no dieron vuelacercas
Dentro del público del Día Inaugural en el Tropicana Field había una buena cantidad de fanáticos de los Tigres, y aunque la mayoría de los aficionados que llenaron el domo eran seguidores de los Rays, todos parecieron unirse para celebrar cuando el venezolano Miguel Cabrera entró al campo para tomar su primer turno al bate de su última temporada.
Aunque Cabrera cometió una infracción del cronómetro durante los entrenamientos primaverales, no hubo riesgo de eso aquí. Sabe cómo trabajar al ritmo adecuado, y es probable que los árbitros usen la discreción en su primer turno al bate en cada serie fuera de casa mientras la multitud lo ovaciona.
“Lo honraremos y nos quitaremos la gorra en su honor”, dijo el manager A.J. Hinch dijo antes del partido. “Ya lo hicimos [el miércoles] durante una reunión del equipo. Es su vigésimo Día Inaugural. Eso por sí solo es un logro que realmente ninguno de nosotros probablemente experimentará como él lo ha hecho”
Los Tigres dieron sólo dos extrabases el jueves durante la derrota ante Tampa Bay, ambos dobles. Austin Meadows bateó uno, parte de una jornada de tres hits en su regreso a su antiguo hogar. Cabrera conectó el otro, una línea que llegó de un bote hasta la cerca del jardín izquierdo en la séptima entrada contra el relevista Colin Poche.
Cabrera caminó hasta la segunda base sin que hubiese un tiro. Su excompañero de equipo, el mexicano Isaac Paredes, corrió detrás de él desde la primera base anticipando una potencial jugada. Cabrera le dio unas palmaditas en la espalda mientras volvía a su puesto.
Historia viva
No fue como cuando el cubano José Iglesias lo abrazó después de su hit 3,000, pero de todos modos fue un hito. El doblete fue el incogible número 3,089 de la carrera de Cabrera, empatándolo con Ichiro Suzuki en el puesto 23 en la lista de todos los tiempos.
Si bien los hitos que podría alcanzar este año no tienen números redondos como el imparable 3,000 o el jonrón 500 en el 2021, Cabrera tiene algunos objetivos bien notables en la mira. Está a 21 hits de igualar a Dave Winfield y a 26 de Alex Rodríguez. Después aparecen Tony Gwynn (3,141) y Robin Yount (3,142). Salvo que su campaña se vea severamente recortada, debería entrar en el Top 20.
Mientras tanto, necesita dos extrabases más para igualar a Tris Speaker con 1,134 en el puesto 16 en la historia de las Mayores. Dos jonrones más le permitirán empatar a otro ex compañero de equipo, Gary Sheffield, en el escaño 26 de todos los tiempos con 509.
Los Tigres han planeado un extenso calendario promocional y de boletería en torno a las celebraciones de la carrera de Cabrera. Pero también necesitan sus hits desde un punto de vista competitivo. El jueves se fueron de 4-0 con corredores en posición de anotar y no dieron vuelacercas. Al final, terminaron quedándose cortos. El hit no fue ningún consuelo para el venezolano.
“Él quiere ganar”, dijo Hinch. “Al final del día, él siempre va a enfocar todo hacia nuestro equipo y nuestro desempeño, y lo que puede hacer para ayudar. No quiere que le estén dando demasiada atención, aunque vamos a hacer eso por él, para asegurarnos de que se sienta excepcionalmente celebrado. Pero al mismo tiempo, quiero que sea un jugador normal”.
Eso no será fácil. Se espera que los Rays honren a Cabrera el sábado, incluido con un video tributo. Será el primero de muchos homenajes que recibirá este año. Acaba de recibir una llave de la ciudad de Lakeland en una ceremonia previa al último juego primaveral de los Tigres el domingo pasado. Es probable que reciba otro regalo de despedida la próxima semana en Houston, seguido de su último partido inaugural en el Comerica Park el 6 de abril.