La trama se desarrolla en medio de una experiencia visual oscura para transportar a los espectadores a la época de los televisores con señal en malos tonos
“Skinamarink: El Despertar del Mal”, es una historia de terror creada por el director Kyle Edward Ball, en la que busca sumergir a las personas en sus mayores pesadillas, a la vez que cada espectador trata de descifrar lo que sucede durante el desarrollo, en medio de la penumbra.
El filme llegará al público a partir del 22 de junio a las salas de cine, y narra la historia de dos niños que se despiertan en medio de la noche y descubren que su padre ha desaparecido, y las puertas y ventanas ya no están, sintiendo una presencia que los acecha.
No hay una estructura convencional de la historia, el espectador entra visualmente a una casa oscura en la que apenas se escuchan las voces de dos niños que constantemente están buscando a sus padres dentro de una casa sin puertas ni ventanas guiados por una voz escalofriante que los llama por teléfono y les da órdenes. ¿Realmente hay alguien en casa?, ¿quién llama?, ¿qué es lo que les pide esa voz que hagan? La sugestión como principal aliada del suspenso genera la tensión dramática.
“Para asustar al público no necesitas de un gran presupuesto”, comentó Ball sobre el largometraje de un presupuesto de 15.000 dólares, significativamente bajo para ser una producción norteamericana.
El nombre “Skinamarink” está inspirado en una canción infantil anglosajona llamada “Skidamarink”, popular en las guarderías. El director cambió el orden de las sílabas para que los niños no encontrasen la película en la web.
Durante la película, la audiencia verá una imagen con mucho “grano”, intencionalmente la resolución de la pantalla no es nítida, sino que recuerda un poco al efecto de una tv con mala señal en tonos, principalmente azules y morados.