Brian Acosta tiene 23 años de edad y ha recorrido miles de kilómetros como ser humano y como artista. Ha escrito más de 50 canciones. La más reciente es «Mala», dedicada «a una chica que se volvió muy mala»
En su primera vida nació como Brian Acosta. En la vida más reciente se llama StikAcos y es artista de la calle. Rapero, para más señas. Vende combos de comida y zapatos en el bulevar de Sabana Grande, pero ese corazón de artista se sale a cada rato para escribir canciones y cantarlas. «He nacido muchas veces. He trabajado como buhonero, comerciante. Ahora vengo con la música».
En 23 años de vida ha recorrido miles de kilómetros. El Stik de su nombre artístico viene de Lilo y Stich. «¿Eres de Caracas?». «Yo soy de Caracas, Maracaibo, Valencia», responde. Es el mayor de siete hermanos. Su mamá reside en Valencia. Su papá habita en Lídice (Caracas). Tiene un hijo, que va a cumplir un año y vive con su mamá.
-¿De dónde te viene la música?
-De la calle.
-¿Dónde la aprendiste?
-En la calle.
-¿Nadie de tu familia?
-Nadie de mi familia ni siquiera toca un instrumento. Nada de eso. Todo lo aprendí en la calle.
Viendo a otros, «haciéndolo mal», aprendió lo que sabe. «En tercer año ya rapeaba y estaba en una banda show» en Valencia. «Toco trombón y no sé leer partitura», toca timbal y hace percusión.
-¿Cómo aprendiste a tocar trombón?
-Con el oído y la vista.
Ahora es que puede tener su cámara. Ese «ahora» que marca su antes y después no es más que un año.
-¿Por qué te gusta el rap?
-Porque uno se puede expresar. Uno puede decir lo que siente.
-¿Qué quieres expresar?
-Cada tema que escribo es una experiencia vivida mía, o de otra persona. Yo mismo escribo e interpreto.
-¿Cuántas canciones has hecho?
-Tengo como 50 canciones escritas.
-¿50 canciones?????
-Pero no he grabado todas.
-¿Cómo las escribes?
-En el teléfono, en un cuaderno. Lo que tenga a la mano.
-¿Cuál es la que más te gusta?
-«Mala».
-¿A quién se la dedicaste?
-A una chica que se volvió muy mala.
-¿Qué quieres hacer con tu arte?
-Quiero que la gente me comience a escuchar. Poder sacarle provecho a lo que tengo.