«Todos deberíamos tener un empleo fijo, tener un negocio propio aunque sea pequeño y dar asesorías», explica el empresario, activista, mentor y actor. Este 22 de mayo presentará su libro «Soy mutifacético» con una conferencia en el Centro Cultural de Arte Moderno de Caracas
Habla de lo que hace y de lo que es, porque Bladimir Aguilera, autor del libro «Soy multifacético», realmente lo practica. «Es una filosofía de vida. Es una forma de llevar tu vida personal y profesional de una manera multipotencial, que aproveche la versatilidad que tenemos como seres humanos para sacarles provecho a todas nuestras habilidades y a todas las cosas que podemos aprender», detalla.
Aguilera es el hombre que asa varios conejos, y trata de asarlos todos bien. Tecnólogo, empresario, autor, conferencista, activista, mentor, actor, locutor, dramaturgo y productor ejecutivo son algunas de las actividades a las que se dedica. Su libro, «Soy multifacético», será presentado en una conferencia en el Centro Cultural de Arte Moderno, en Caracas, el jueves 22 de mayo a las 7:00 pm.
«Descubrí, luego de una carrera de más de 20 años en el mundo de la tecnología, que si te atreves a desarrollar también un lado humanístico, te puede complementar muy bien. Me atreví a escribir, a producir teatro y a ser locutor. Creo que con pasión y perseverancia todo es posible», describe.
Aguilera rompió con la idea de que debes especializarte en un área. «Siempre me sentí muy limitado. Soy de El Pilar, en el estado Sucre, y me pareció muy limitante cuando me pusieron a elegir entre ciencias y humanidades, porque quería ciencias pero también quería cosas del lado humanista. En ese momento me sentí mutilado. Decidí seguir la receta de la sociedad y estudié ciencias, ingeniería en computación, pero tenía una necesidad de expresión que quería salir», confía.
Decidió «hacer cosas los sábados» y estudiar dramaturgia y locución. «Me di cuenta de que si nos atrevemos a salirnos del molde y a ampliar nuestro espectro profesional hacia otras facetas, nosotros podemos tener una experiencia de vida interesantísima». Su conclusión es que los seres humanos deben desarrollarse de manera integral.
Diversificar el capital intelectual
«El ser humano debe estar preparado para explotar su multipotencialidad, porque vivimos en un mundo convulsionado en el que cualquier cosa puede moverte toda tu vida», como sucedió con el COVID-19. Condiciones políticas y económicas adversas llevan a pensar «que no sabes cuándo te toca cambiar de área, y por eso debemos estar preparados y tener nuestro banco de capital intelectual». Los inversionistas «dicen que debes diversificar las inversiones, y nosotros debemos diversificar el capital intelectual».
¿Por ejemplo? «Todos deberíamos tener un empleo fijo, tener un negocio propio aunque sea pequeño y dar asesorías. Debes ser empleado, tener un negocio propio y asesorar», enumera. «Así, cuando se te cae una, tienes otra para levantarte».
Aguilera piensa que las personas «subestimamos las pasiones que tenemos desde niños». En su caso, pintar casas. «Fui desarrollando mis técnicas de cómo pintar», rememora. Por eso, insiste en revivir esas pasiones que, más adelante, pueden ser una fuente de ingresos y satisfacción. Trae a colación el ejemplo de una señora que amaba las plantas y que, al jubilarse, comenzó a prestar el servicio de mantenimiento de las plantas. «Planteo explorar la multipotencialidad y no subestimar ninguna de las pasiones, porque no sabes en qué las puedes transformar».
En «Soy multifacético» el muchacho de El Pilar describe seis facetas para la autorrealización y una vida basada en tres pilares o las tres P: «Prosperidad, porque sin prosperidad económica no tienes una casa, no tienes dinero. Plenitud, que es maximizar los momentos que te sacan una sonrisa, y que van desde oler una flor hasta el matrimonio de un hijo; debemos estar dispuestos a sentir esa plenitud. El tercer pilar es el sentido de propósito, porque vinimos al planeta a trascender, a transformarnos en mejores versiones de nosotros mismos y a dejar una huella».
Estas son las seis facetas que propone: la de especialista, en la que cada quien se forma; la de saludable, porque «necesitamos cultivar cuerpo, mente y espíritu para mantener la salud»; la de artista, porque «el arte te conecta con tu humanidad» y la realidad «es que no podemos ser exitosos si no nos conectamos con nuestros clientes, nuestros amigos, nuestra familia»; la de conocedor, que es «nuestra cara como ciudadanos del mundo», porque una sequía global impacta a todo el mundo; la de activista, porque «tenemos que devolverle al mundo lo que hemos tomado para construir nuestra propia vida», y puede ser rescatar un animal, cuidar un árbol; y la de maestro, mediante conversatorios, clases o pódcast, porque «vamos acumulando lecciones que les pueden servir a otras personas» y «podemos compartir lo que hemos aprendido para que los demás no se tropiecen con las piedras con las que nos hemos tropezado».
Su historia
Bladimir Aguilera es hijo de un profesor de literatura de idéntico nombre que también es músico, compositor y escritor. «Sentí la necesidad de no limitarme al sitio que me llevaba la carrera. Siempre he sido un apasionado por aprender. Y cuando creces en un pueblo donde no pasan muchas cosas, te quedan los libros y la imaginación».
Cuenta que llegó a Caracas a los 16 años de edad y se encontró en un paraíso «porque podía hacer mil cosas». No ha dejado de hacerlas, por cierto. «Yo aplico todas las facetas. Quiero ser embajador de mi país para que todas las personas podamos desarrollarnos. Quiero formar una familia, que no lo he hecho todavía, pero eso va para un segundo libro: la realización personal».
Como habla inglés y portugués, se propone dictar conferencias en ambos idiomas. También, hacer crecer su empresa de tecnología. «Descubrí hace poco la faceta de actor y quiero seguir explorándola». Espera llevar su libro a El Pilar para, como hijo orgulloso de Sucre, darle las gracias al pueblo que lo cobijó.
