Los últimos serán los primeros: así ocurrió con la orquesta «Niche» la segunda noche del Festival Estéreo Picnic: los caleños fueron los últimos en ser anunciados en el cartel del evento que termina esta noche del domingo, pero dejaron atrás a la banda «Underworld» y con sus sabrosos ritmos arrasaron con el público
De dos extremos como la salsa y la electrónica y de dos orígenes tan distintos como Cali y Cardiff, salió la apuesta del Estéreo Picnic para la jornada de este sábado, si bien la salsa incombustible del Grupo Niche tumbó la electrónica perenne de unos Underworld, que no estuvieron a la altura.
Ambos grupos contaron con un aliado inesperado y de por sí extraordinario en la jornada, la ausencia de la lluvia, que respetó a los miles de asistentes y no convirtió el suelo del Campo de Golf Briceño 18, a las afueras de Bogotá, en un barrizal todavía más impracticable.
La capacidad de atracción del Grupo Niche, que poco encajaba en la línea del cartel del festival, quedó patente con la masa que se desplazó desde los escenarios alternos hasta el principal, como si de regueros de hormigas se tratase.
A medida que se acercaban al escenario y la salsa de Niche se hacía más audible se iban formando corros y parejas más o menos espontáneas, que bailaban salsa con mayor o menor torpeza, hundiendo muchos de ellos sus botas pantaneras en el barro del suelo formado el viernes.
Lo único que interrumpió momentáneamente el baile fueron los primeros acordes de «Gotas de lluvia», porque todos cantaron al unísono esa letra desgarradora: «Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que vienen del corazón. Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que brotan por que ya no hay amor».
Más fácil de bailar que la salsa fueron las pistas que Disclosure pinchó en su dj set, que empezó justo al acabar el espectáculo de Grupo Niche y que no defraudó a los más fieles, quienes recibieron su dosis con «When a Fire Starts to Burn» y «Talk», interpretados a través de una mesa de mezclas
Después de sendas presentaciones llenas de emociones, llegó una de las decepciones del día cuando subieron al escenario los británicos de Underworld, que no despertaron el mismo entusiasmo que sus predecesores.
Las diez letras que conforman el nombre de la banda se iluminaron en el escenario con una luz blanca para dar inicio al concierto de los británicos, que arrancaron con los ritmos de «Juanita».
Ni las contorsiones del vocalista, Karl Hyde, sobre el escenario, ni su voz distorsionada al pasar por el micrófono y salir por los altavoces consiguió conectar con el público como sus predecesores.
Sólo con «I Exhale» los asistentes empezaron a desperezarse, todavía recuperándose de la sobredosis de salsa de los caleños y golpeados por el frío de la sabana bogotana que empezó a notarse con fuerza poco antes de la medianoche.
El único momento en que Underworld consiguió levantar a la mayoría del público llegó al final, cuando interpretaron su canción más conocida, «Born Slippy», que se hizo famosa por ser la banda sonora de «Trainspotting», la aclamada película de Danny Boyle.
En el otro extremo, los nostálgicos del viernes encontraron escaso consuelo ante el derroche rítmico de los dos colosos de la jornada; se tuvieron que conformar con el indie de Portugal.The Man, que sorprendió a su público al arrancar el concierto con una versión del clásico «The Wall» de los legendarios Pink Floyd y que cerró su presentación con «Feel it Still», su corte más conocido.
Más alternativo todavía fue el concierto del noruego Erlend Øye, que se presentó junto a La Comitiva, dejando de lado su proyecto más conocido y el que le hizo saltar a la fama en los circuitos alternativos, Kings of Convenience.
El fin de fiesta corrió a cargo del dj holandés Tiësto y de Nicola Cruz, en la noche en la que los hípsteres bailaron salsa en el festival de música alternativa más importante del país y que se extenderá hasta la madrugada de este lunes