Con la llegada de diciembre, los resfriados se hacen más comunes, y es un hecho conocido que “mojarse no enferma”. Sin embargo, es fundamental entender por qué el frío puede provocar esa molesta sensación de congestión nasal. La cavidad nasal está revestida por un delicado manto de vellosidades que juegan un papel crucial en la protección del organismo. Estas minúsculas estructuras atrapan virus, bacterias y otras partículas, impidiendo su entrada al cuerpo.
Cuando las temperaturas descienden, el movimiento de estas vellosidades se ralentiza, lo que puede facilitar la llegada de gérmenes y enfermedades. Para obtener más información sobre cómo cuidar de tu salud en esta temporada, te invitamos a seguir viendo el video del Dr. José Olivares. Recuerda, un buen conocimiento es la mejor defensa contra el frío y sus efectos. ¡No lo dejes pasar!
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