No se han suspendido eventos: siguen las fiestas navideñas corporativas en distintos escenarios, el pasado domingo 23 de noviembre la población que quiso pudo votar por los proyectos para su comunidad y este viernes 28 de noviembre se espera la asistencia masiva a los comercios por el Black Friday. También han continuado las protestas de los familiares de presos políticos, que claman por su libertad. Pero asegurar que la situación es «normal» sería desconocer que en una caminata en un parque alguien habla sobre «el desenlace»; que en una universidad pública una profesora estima que «algo va a pasar», aun cuando no califica ese «algo»; o que una miliciana se prepara para el combate.

La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe que, según cifras de la Administración Trump, se ha llevado por delante a más de 80 personas, ha estado marcada por evidentes acciones de guerra psicológica. Y por otras que no se quedan en la mente; por ejemplo, reiterar que existe el supuesto cartel de los soles, y declararlo una organización terrorista internacional. El pasado lunes más de 80 mil personas siguieron, mediante una aplicación, el desplazamiento de aviones estadounidenses cerca de Venezuela. La lideres opositora María Corina Machado, en la clandestinidad desde hace más de un año y ganadora del Premio Nobel de la Paz, ha insistido en que se acercaría el fin del ejecutivo venezolano. Por grupos de WhatssApp prosiguen las discusiones, y hasta los insultos, entre quienes afirman que el gobierno debe salir y quienes replican que defenderán la vida del mandatario Nicolás Maduro con la suya.
El gobierno venezolano mantiene un discurso en dos direcciones: por un lado, afirma que el país se encuentra en paz y tranquilidad; por otro, asevera que la población se prepara para enfrentar con las armas un ataque de EEUU. El capítulo más reciente es el de las aerolíneas que se ajustaron a la recomendación de la administración aeronáutica estadounidense de no volar por el Caribe, y que fueron sancionadas por el gobierno venezolano. Los gobiernos de Francia y Alemania instaron a sus connacionales a no viajar a Venezuela por considerar que hay una situación de alto riesgo. Mientras tanto, la economía parece ser la víctima de una crisis que se agrava: al día de hoy, un dólar cuesta 245 bolívares. Y la alegría de los dos santos venezolanos parece que quedó solo para las iglesias.

Se habla de guerra con mucha ligereza y parece que sin conocer las experiencias de países como Siria y Libia, remarcan analistas como Phil Gunson, de Crisis Group. Una acción militar estadounidense sería el comienzo de una guerra civil, alerta el periodista y abogado Manuel Isidro Molina. Para el diputado y dirigente de izquierda Bruno Gallo es urgente generar consensos y reactivar la política en lugar de la guerra. «Venezuela está harta de tambores de guerra», enfatiza Gallo. A quienes ven en el conflicto una salida Gallo les responde que la historia ha demostrado que no es así.
Han surgido iniciativas para promover el diálogo y la negociación. Para intentar restaurar la convivencia, que ya cojeaba y quedó aún más maltrecha luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. El Foro Cívico promueve El Hilo Posible, una experiencia escénica que evidencia que la gente puede reunirse alrededor de las soluciones. Dirigentes como Francisco Bautista y Enrique Ochoa Antich están tratando de reunir voluntades en favor de la paz, pero sin perder de vista asuntos álgidos como el respeto por los derechos humanos y la democracia.






