Al menos 82 personas fueron reportadas muertas, hasta el domingo, debido a las inundaciones en el sur de Texas, especialmente en las localidades a orillas del río Guadalupe, que se desbordó por las intensas lluvias de la madrugada del viernes.
Así lo informó Larry Leitha, el alguacil del condado de Kerr en Texas Hill Country, el epicentro de las inundaciones. En su jurisdicción se han localizado 68 cuerpos, 40 adultos y 28 niños. A estas se suman otras 14 en otros condados cercanos: 6 en el de Travis, 3 en Burnet, 2 en Kendall, 2 en Williamson y 1 en Tom Green, indicó el canal CNN.
En el condado de Kerr, siguen desaparecidas 10 niñas y una monitora del campamento de verano «Mystic», cerca del río Guadalupe. El domingo por la mañana, las autoridades permitieron que las familias les ayudaran a buscar a los desaparecidos en las inmediaciones del lugar.
En Travis, otro condado, un funcionario dijo que seis personas murieron a causa de las inundaciones y 13 están desaparecidas. Las autoridades reportaron otra muerte en el condado de Kendall.
Mientras que en el condado de Burnet hay tres fallecidos. Una mujer fue encontrada muerta en su auto sumergido en la ciudad de San Angelo, en el condado de Tom Green, informó el jefe de Policía.En estos condados, el Servicio Meteorológico Nacional mantiene la alerta de inundaciones. Advierten sobre precipitaciones de hasta 17 centímetros por hora, que representan una amenaza «potencialmente mortal» para la población.
Más de 850 personas, incluidas algunas que se aferraban a los árboles, fueron rescatadas después de la tormenta con hasta 38 centímetros de lluvia en la región montañosa del estado, según los datos entregados por el presidente Donald Trump.
Cuestionamientos a las autoridades
Al tercer día de la tragedia, se suman más voces a la gestión del servicio meteorológico y también por los recortes en la administración Trump.
El servicio emitió las alertas de las precipitaciones la madrugada del viernes, pero se preguntan si se emitieron las suficientes advertencias y si se hicieron los preparativos necesarios.
El agua subió 8 metros en el río Guadalupe en solo 45 minutos antes del amanecer del viernes, arrasando con casas y vehículos. Medios como CNN señalan que “el equivalente a cuatro meses de lluvia cayó en apenas unas horas”.Las autoridades locales han insistido en que nadie vio venir el potencial de inundación y han defendido sus acciones. Testimonios señalan que el viernes 4 de julio, feriado por la Independencia de Estados Unidos, vieron los pronósticos del clima y nada parecía alertar lo que vendría después.
Las primeras alertas se emitieron la tarde del jueves, con predicciones de caída entre los 12,7 y 17,8 centímetros de lluvia. El viernes por la mañana las alertas fueron las solicitudes de evacuación.
Los funcionarios locales han dicho que no esperaban esa intensidad, que equivalía a meses de lluvia para el área. Una respuesta similar a la del Gobierno federal.
“Sabemos que todos quieren más tiempo de advertencia, y por eso estamos trabajando para mejorar la tecnología que ha sido descuidada durante demasiado tiempo para asegurarnos de que las familias tengan la mayor anticipación posible”, dijo la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem.






