El biólogo marino Clemente Balladares aseguró este jueves que la ballena que se tragó a un venezolano y luego lo devolvió, suceso ocurrido en Chile,
«Mi experiencia con cetáceos en Venezuela ha sido buena», dijo. «Hemos visto ballenas en Mochima y en Margarita y las ballenas de barba buscan sardinas, peces pequeños y plancton. La dieta de ellos no son seres humanos». Fue algo accidental, no estaba buscando el animal comerse a nadie.
«Tienen una boca enorme, agarran mucha agua para captura cardñumenes de peces o plancton», detalló. «Se estaba alimentando, y pasó él por allí».
El joven Adrián Simancas aclaró que nunca había visto ballenas, que había visitado la zona a pie. «Iba con mi papá a la isla Nassau» y «cuando estábamos pasando el faro San Isidro» el clima se puso con lluvia y olas. «MI papá activa la cámara 360 que tiene en la popa de su embarcación» y pudo captar que la ballena «me atrapa en su boca». Ella «estaba alimentándose, fue inesperado que se encontrara cerca de la orilla».
«Alcancé a ver que algo se cerraba» y «me comió, por decir algo. Sentó como si una ola me hubiese tumbado», detalló. «Fue como por un segundo, luego dos segundos emergiendo a la superficie». Dijo que no le faltó el aire porque se preparó para un impacto.
Balladares apuntó que la ballena debe haber sentido algo que no es su comida, porque realmente lo que busca es krill o sardina. «Es una suposición», analizó. «Ha habido reportes históricos, se puede considerar uno mejor documentado, está grabado en videos». Fue algo incidental, subrayó.
Simancas aclaró que la ballena los observó, hizo un recorrido de reconocimiento antes de alejarse. «Había un grupo de ballenas en el lugar. Sentí que algo estaba pasando por debajo del agua».
De las ballenas piensa que son «animales fascinantes», que no pretenden lastimar a los animales con los que se encuentran cuando hacen su alimentación.
En el mundo hay unas 25 o 30 especies de ballenas con barba, que tienen como un cepillo que es un filtro. «Son bastante diversas», apuntó. «Muchas están en peligro», las ballenas pequeñas son cazadas por Japón y Noruega. «En Venezuela no sabemos los números que tenemos». En la ley venezolana están protegidas, subrayó.
Las ballenas jorobadas se han visto en Venezuela, aunque no son residentes: «Son migratorias». Pasan por Venezuela para reproducirse, acotó Balladares.
«Todavía estpy procesando lo que significó para mí ese encuentro. Es una invitación a respetar el entorno y a los seres que habitan en la naturaleza. La ballena nunca imaginó que se iba a encontrar a una persona, y nunca imaginé que iba a encontrar a una ballena».