A tan solo horas de haberse juramentado para asumir por segunda vez la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump inició la firma de decretos y revocaciones de medidas implementadas por el gobierno anterior. Las declaraciones polémicas sobre posibles decisiones a tomar con respecto a la relación de EEUU con otras naciones u organizaciones internacionales, tampoco se hicieron esperar, como lo fue la probabilidad de prescindir del petróleo venezolano: «No lo necesitamos», expresó sin titubear.
Frente a ello, algunos se preguntan si después de tantos años de relación energética, Estados Unidos puede finalmente dejar a un lado el crudo venezolano: ¿No lo requieren para sus procesadoras de petróleo extrapesado? ¿Realmente pueden autoabastecerse y producir para la exportación? Incluso, algunos aseguran que en caso de concretarse esta situación, en algún momento deberán volver a comprar el hidrocarburo al país con las «mayores reservas de petróleo probadas del mundo».
Para ello, Contrapunto.com conversó con especialistas en la materia a fin de aclarar estas y otras interrogantes. La realidad actual es que «Estados Unidos está en su mejor momento en materia de producción de crudo», aseguró el ingeniero Oswaldo Felizzola, quien explicó que, no obstante, también atraviesa «su momento de mayor consumo».
«Actualmente, la producción de crudo de Estados Unidos es de unos 13,5 millones de barriles diarios. Ese es su récord de producción, ya que nunca en su historia habían podido producir semejantes cantidades de petróleo. Eso representa aproximadamente 68% del consumo nacional«, señaló.
Para cubrir el resto de la demanda interna, detalló, el país recurre a las importaciones del rubro, adquiriendo 6,5 millones de b/d, los cuales representan el 60% de lo que alguna vez fue su récord de importaciones.
Un cambio de paradigma
Teniendo en cuenta esta premisa, el mundo se está enfrentando a un nuevo contexto en el que la nación norteamericana cada vez «depende menos del crudo internacional, porque lo está haciendo a través de su músculo de producción interna», detalló el Coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente (CIEA) del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
El hecho de que EEUU actualmente sea el primer productor de petróleo del mundo representa, a juicio del Abogado y especialista en Derecho Corporativo e Hidrocarburos, Francisco Matheus, un cambio de paradigma para Venezuela, considerando que durante aproximadamente 30 años se estableció como uno de los primeros suplidores de crudo para el mercado estadounidense.
«Llegamos a enviar hasta casi dos millones y medio de barriles de petróleo a Estados Unidos, en el mejor momento (de la industria venezolana), durante el año 1998», detalló. Sin embargo, recordó que con el desarrollo y aplicación de la técnica de extracción denominado fracking o fracturación hidráulica, EEUU ha podido alcanzar cifras «que antes no eran pensadas», superando la producción de 10 millones de barriles de petróleo diarios .
Una de las primeras acciones de Trump tras retomar el control de Estados Unidos este 2025 fue «quitar una cantidad importante de barreras que tenía sector petrolero norteamericano para producir crudo y prácticamente le dieron luz verde para que produzcan cuánto puedan«, añadió Felizzola por su parte.
Estas medidas van «en detrimento de las regulaciones que venía aplicando la gestión Biden, de los demócratas, con una regulación que buscaba ser un tanto más amable con el medio ambiente y buscaba promover el desarrollo de energías renovables, así como también del gas natural como elemento palanca para la transición energética«, explicó Matheus.
Sin embargo, «producto de los costos, de esta nueva territorialización y geolocalización en la producción petrolera que están impulsando los Estados Unidos y las principales empresas que invierten en energía en ese país, está haciendo que todas estas fuentes de producción se vayan geolocalizando nuevamente a esta nación norteamericana».
¿Qué tan significativos son los envíos desde Venezuela?
En la actualidad, Venezuela exporta un promedio de entre 200.000 y 300.000 barriles de petróleo por día hacia el mercado estadounidense: «Si bien es cierto que esto nos convierte en el tercer país exportador de petróleo en los Estados Unidos, esto no es determinante a la hora de sumar todo», expone el también diputado a la Asamblea Nacional, Francisco Matheus.
«Estamos hablando de que el consumo diario promedio de EEUU oscila entre 22 a 24 millones de barriles de petróleo por día», por lo tanto, al comparar los envíos diarios de crudo venezolano, en promedio, es posible observar que se trata de una cifra «poco significativa».
A pesar de ello, Venezuela maneja un factor a su favor, que se ha evaluado reiteradamente desde la nación norteamericana. Se trata de lo relacionado con «los factores logísticos y de transporte de ese crudo. En primer lugar, porque es un crudo que está, a tres días en barco, de las costas del Golfo de Estados Unidos, mientras que la mayoría del petróleo que ellos han venido consumiendo de Oriente Medio está entre 20 a 30 días» de distancia.
A esto se le suma el costo diario de ese barco, más el seguro de la carga, «más un montón de cosas, pues llevas a un precio bastante importante en contraprestación de lo que puede ser la ventaja del mercado venezolano debido a la cercanía geográfica con Estados Unidos».
¿Qué le preocupa a Trump sobre Venezuela?
Matheus considera que una de las preocupaciones de Donald Trump a la fecha pueden estar relacionadas con la variación en los precios, en este caso de los combustibles como gasolina y diesel: «Evidentemente, a medida que un país como Venezuela, que tienen uno de los precios, digamos más competitivos del mercado al estar casi hasta 20 puntos por debajo del precio del West Texas Intermediate (WTI), así como el Brent, esto puede hacer que sea una gran ventaja más allá de la cercanía», generando una reacción positiva a su economía, pudiendo lograr una baja significativa dentro de los precios de los combustibles.
Además, plantea que ante Venezuela también puede haber un movimiento geopolítico debido a que Donald Trump «por lo que han dicho muchos de sus asesores, cada vez quisiera depender menos del petróleo de países en conflicto o de países que tengan cierto tipo de inconvenientes con ellos».
Mientras tanto, el profesor del IESA, Oswaldo Felizzola, rescató que entre los recientes decretos firmados por Trump el mismo día de su juramentación, se encuentra el tema relacionado con las reservas estratégicas: «EEUU se encuentra en una posición delicada, porque apenas se están recuperando del período inflacionario que tuvieron el año pasado, cuando alcanzaron el 8%» de este índice, un número «terrible» para una economía generalmente estable.
Recordó que para evitar que la inflación siguiera avanzando, Joe Biden, presidente saliente de EEUU, fue liberando progresivamente las reservas estratégicas de petróleo: «Actualmente, se encuentran en unos 394 millones de barriles aproximadamente, por lo que Trump tiene como prioridad recuperar esas reservas a niveles que pueda utilizar. Es decir, prácticamente duplicarlas en tamaño, llevándolas a 720.000 o 730.000; por eso están desesperados por aumentar la producción».
¿Qué pasará con EEUU y el petróleo venezolano?
Felizzola adelanta que durante el año 2025, las presiones hacia Venezuela podrían no ser significativamente grandes: «Él (Trump) ve a Venezuela como un país que vende un crudo relativamente barato, y eso le permite vender un crudo un poco más caro, porque el que produce Estados Unidos es de mejor calidad que el venezolano. Eso le permite ganar un plus porque compra crudo barato y lo cambia por crudo caro».
Prevé que la nueva gestión de Trump será incluso más nacionalista que la primera, debido a la búsqueda de independencia energética.
Ante la pregunta de si EEUU podrá prescindir de Venezuela en este sector, apuntaló que «ya lo han logrado hacer, no es la primera vez que se hace, y tienen experiencia en eso. Lo que les interesa es tratar de, en lo posible, tener aliados cercanos«.
Sin embargo, Matheus cree que sería «muy arriesgado atreverse desde ahorita a pronosticar cómo va a ser la política energética entre Estados Unidos y Venezuela» debido al poco tiempo que tiene Trump ocupando nuevamente el cargo. Con pocas horas en el poder ya se había «referido un par de veces a Venezuela entre ellas, pues como lo dijo literalmente, la ‘probabilidad de dejar de comprarle crudo a Venezuela’, porque ellos tienen ‘suficiente petróleo’ que pueden explotar».