Contrapunto visitó varios terminales terrestres en Caracas y algunas estaciones de servicios para conocer cómo están haciendo los autobuses para surtirse de combustible
Desde hace semanas el desabastecimiento de gasolina en las principales ciudades de Venezuela es noticia. Esta problemática se extendió a otro carburante, en esta oportunidad el diésel, conocido popularmente como gasoil.
El equipo de Contrapunto visitó terminales terrestres de Caracas y estaciones de servicios en la avenida Nueva Granada para conocer cómo es el abastecimiento para los autobuses.
Al conversar con un chofer de autobús que cubre la ruta de Caracas-Valencia en el Terminal de La Bandera, nos indicó que, desde hace años, el suministro de diésel presenta irregularidad. “Para nosotros no es algo nuevo pues tenemos tiempo con problemas para echar gasoil. Nosotros estamos pendiente y avisamos a los compañeros cuando encontramos dónde llenar el tanque”.
“Lamentablemente, como todo es regalado en este país, hay problemas con muchos servicios como la gasolina y el gasoil. Eso justifica el desastre que estamos viviendo y por qué es tan difícil conseguir combustible para los carros”, agregó otro conductor que va desde La Bandera hasta Maracay.
En el terminal privado de la empresa Rodovias de Venezuela conocimos de una situación irregular, y es que, motivado a varias dificultades no se puede plantear un itinerario a cabalidad, es decir, en la medida en que se concretan los viajes, son informados a los pasajeros para que adquieran los boletos. Las razones de estas anomalías son varias, pero el escasez de combustible es una de principales.
“Un ejemplo claro es que, desde aquí, sólo salen pocas unidades diariamente porque no hay seguridad de que puedan encontrar gasoil. Si logran salir desde sus destinos nos avisan para comenzar a vender los pasajes. Esto es debido a los problemas en las carreteras, la inseguridad por los delincuentes o porque los choferes no consiguen como echar gasoil”, expresó un trabajador de ese terminal ubicado en las cercanías del bulevar Amador Bendayán, en Quebrada Honda.
En otro terminal privado, esta vez Aeroexpresos Ejecutivos en Bello Campo, un asistente de transporte precisó “esto no es algo nuevo. Ya estamos acostumbrados a pasar horas en las bombas donde conseguimos gasoil. Aquí, en Caracas, estamos bien porque por lo menos se consigue, pero en lugares como Mérida, Trujillo, Táchira o el Zulia, allí sí es un verdadero problema”.
Otra irregularidad es la que explica la encargada de una estación de servicios en la avenida Nueva Granada al sur de Caracas, comentó la señora que ellos mismos (los operadores de la bomba) no saben qué producto van a despachar hasta después de que llegan las gandolas a suministrarles el combustible.
«Yo no sé si es gasoil, gasolina de 95 o de 91 hasta que veo la factura que me trae el gandolero, así que, hasta que no llegue la gandola los autobuses no saben si pueden venir a echar gasoil aquí» aseguró.
Cuando se le preguntó respecto al precio del carburante, precisó que «si la gasolina es regalada, imagínate ¿cuánto cuesta el gasoil?, nada. Eso no vale nada, igual los choferes nos pagan con lo que quieren y eso se lo queda el bombero (operador de isla)».
«En el caso de la gasolina, comenzamos con la venta y nos dura poco porque vienen muchos carros. Con respecto al gasoil, casi siempre nos llega pero se acaba rápido también porque tenemos a La Bandera cerca», recalcó la dama quien no quiso identificarse.