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jueves, 04 diciembre, 2025
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«El 21 de diciembre es un día para conectarse con lo espiritual y lo emocional», detalla la astróloga y terapeuta Érika Ramos

Theodoraskis Morales Flores | @theodoraskis

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«Es momento para pedir desde lo espiritual. Es un momento también para agradecer todo lo vivido durante el año en crecimiento espiritual y o pedir, desde la posibilidad, de que todo lo que vayamos a recibir sea siempre desde el amor y no desde el sufrimiento», asegura Erika Ramos

Desde que el mundo se formó los seres humanos hemos tratado de estar en conexión con la divinidad, con algo supremo que va más allá de nuestro entendimiento. Algunos no saben cómo llamarlo, puede ser el arquitecto del mundo, la fuerza del universo, Dios o simplemente magia espiritual.

La astróloga Érika Ramos explica cómo el solsticio de invierno, día en el que se celebra la llegada del Espíritu de la Navidad en algunas culturas, puede afectar o influir positivamente en mundo y específicamente en el humano.

-¿Influye el 21 de diciembre o el solsticio de invierno en las personas o en la humanidad?

Estoy convencida que sí, porque desde el principio de los tiempos el hombre siempre ha buscado una conexión profunda con la divinidad. Desde el principio del tiempo todas las civilizaciones han buscado de un modo o de otro conectarse con este esa divinidad que nos permita conectarnos con nuestra divinidad, que nos permita reencontrarnos y estar en ese constante conectar. Ya en muchas civilizaciones, como en las celtas en Europa o en la antigua China siempre se buscó en estas fechas honrar a la divinidad.

-Siempre hubo esa conexión con darle un significado más profundo a los eventos astronómicos a lo natural a lo físico.

-El 21 de diciembre comienza el solsticio de invierno y eso ¿qué significa? Significa que astronómicamente, físicamente el sol tiene una inclinación en su eje que hace que el día sea más corto y la noche más larga, si eso es lo que ocurre físicamente, pero si nosotros nos ponemos a ver si nos conectamos con el sentido espiritual, con el sentido energético, con el sentido más profundo podemos darle una traducción de ese día: que representa la luz, el día se hace corto y por el contrario la noche se hace más larga podemos traducirlo como que es un momento en el que vamos a estar conectados con la mayor cantidad de la luz que la divinidad.

En ese sentido, la terapeuta y profesora, sostiene que este día es propicio “para conectarnos con esa oscuridad nuestra, con esa oscuridad que en ese momento va a prevalecer en el universo, explorarnos desde la muerte. Es decir, desde el abandono de ese oscuro o de eso material o terrenal más profundo que haya en nosotros”.

Además, detalla que el 21 de diciembre “se habla de un espíritu. Se habla de algo espiritual, no de algo material, entonces todo parece indicar que es un llamado a conectarnos con lo espiritual con lo emocional. Si eso entonces lo unimos a la intención que queremos renacer. Definitivamente influye, pero desde la conciencia, desde la intención; queremos morir y renacer. Es decir desde el tomar conciencia, que es una invitación importantísima a aprovechar el poquito de luz que va a ver en el día, pero luego estar dispuesta o dispuesto a saber morir para entonces renacer de las cenizas es un momento donde el solsticio, que significa sol quieto, y si lo vemos energéticamente, astrológicamente, espiritualmente podemos decir que el sol, que es la esencia, le toca quedarse quieto”.

Asegura que las personas deben “hacer un trabajo de introspección en lo más profundo de sí mismo, para qué al igual que el solsticio sea un momento de morir un ciclo y de comenzar otro ciclo. Es una invitación constante al renacimiento, a cerrar un ciclo a iniciar otro, a renovar. Es poder abrazar en medio de esa oscuridad la esperanza desde la certeza que puedo morir, que puedo renacer y que puedo llenarme de intenciones bonitas”.

-¿Los rituales que se hacen ese día realmente tienen algún efecto en el bienestar de las personas o del mundo?

-A mí me parece importante cuando hablamos de rituales, o sea, más que una secuencia de actos que desde el temor que si no lo hago, que si cumplo este no se va a dar o lo tenía que hacerlo así y no lo hice. Siento que más allá de rituales físicos, de ejercicios o actividades físicas. Nuevamente es el llamado para que desde la conciencia yo vaya poco a poco asimilando esos ciclos que quiero cerrar y esos nuevos ciclos que quiero abrir. Una de las formas que me parece más nutritiva es por ejemplo: sentarme horas con claridad con serenidad y con ganas de ver nuestra película con objetividad. Sentarnos para centrarnos a escribir en una hoja tomar lápiz y de papel y comenzar en una primera hoja todo eso que siento que han sido obstáculos, inconveniente, cualquier problema que se haya aparecido en el camino o que yo sienta que no termino de cerrar ese capítulo, de cerrar ese ciclo a notarlo en esa primera hoja, anotar totalmente desnudos y totalmente sinceros con nosotros mismos. Esa primera hoja que me permita fluir y drenar todo lo que me genera ruido.

-Otra hoja que me permita visualizar cómo será la solución a eso primero que yo estoy colocando. Ese es el primer ritual, hacer esa segunda hoja donde ya le pueda dar más forma a todo eso que si quiero lograr, a esas nuevas puertas que quiero abrir, esas nuevas páginas que quiero comenzar a escribir y definitivamente la sensación va a ser de una absoluta esperanza. Al principio de una absoluta tristeza, un absoluto dolor viendo lo que no he hecho, pero en la segunda este es la posibilidad de ver realizado lo que quiero. Sí luego me encantan las velas otro ritual es encender velas.

-Siempre he escuchado que son tres velas, no siempre he escuchado que sean impares. Una que sea roja, que represente el amor que quiero en mi vida o que represente el amor con el que quiero aprender las lecciones en mi vida. Se habla de la vela amarilla, porque el amarillo representa primero los momentos de alegría y segundo la parte económica. Se habla también del azul porque el azul representa la espiritualidad. Con esos tres colores está bien. Soy absolutamente creyente que es importante hacer ritual, o sea, es importante mejor dicho representar en acciones lo que quiero materializar.

En ese sentido, Ramos dice que no importa si una persona no tiene las velas de los colores correspondiente, sino la fe o la certeza de que lo que se hace, se haga de corazón y con el convencimiento que todo lo que se pida en la segunda carta se cumpla, por eso afirma que también se puede realizar estos rituales, marcados por las culturas antepasadas, con velas blancas o las que se tengan a mano.

-¿Cómo ven los astrólogos este día, tienen alguna actividad especial?

Yo siento que es un momento para reconectarme con la infinita cantidad de posibilidades que tengo para vivir, para construir, para hacer, para escribir nuevos episodios, nuevos capítulos de la vida. Es un momento para visualizar todo desde una luz bien bonita. También sería importante vestirnos de colores claros o de colores blancos si se puede, claro está. Lo que quiero es invitar a conectarnos con la posibilidad constante que tenemos de recomenzar, de reescribir, de renacer, porque eso representa el solsticio de invierno o el Espíritu de la Navidad, la posibilidad de volver a creer, de volver a empezar y de volver a construir.

-Es momento para pedir desde lo espiritual es un momento también para agradecer todo lo vivido durante el año en crecimiento espiritual y o pedir, desde la posibilidad, de que todo lo que vayamos a recibir sea siempre desde el amor y no desde el sufrimiento. Que todo lo que tengamos que ver lo veamos con claridad desde el amor para crecer y no para sufrir.

La astróloga afirma que en ese día es muy propicio la introspección. “Al final de esa noche es importante visualizarnos nuevamente de manera meditativa, pero yo siento que es un momento más para la introspección y para el contacto con nosotros mismos de manera individual. Es un momento para tomar conciencia como si fuera un recorrido de una película que está sucediendo de ese espíritu que nos está visitando, de eso que le estamos agradeciendo, eso que le estamos pidiendo y en algún momento de ese final de la noche dar gracias por esa visita y esperar con optimismo, con alegría, que todo comience a materializarse. Así me parece que debe vivirse el Espíritu de la Navidad.

Érika Ramos es una terapeuta, que ayuda a las personas a conectarse con ellas mismas y da consejos de amor, espiritualidad y de parejas. Su usuario en Instagram es @laterapeutadelamor

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