Se necesitarían unos 28 millones de libros, calcula Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Editores y presidente de Cavelibro
Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Editores y presidente de Cavelibro, afirmó este martes que han visto una franca recuperación del sector de textos escolares, pero «el mercado ha estado un poco lento» en las librerías y tal vez los padres y representantes «están esperando el mes de septiembre».
En 2022 «fue la recuperación después de dos años de pandemia, las editoriales tomaron un respiro» luego de la pandemia, acotó. Para este año se esperaban un comportamiento similar.
El consumo «ha bajado en general en la economía» y el sector libro «se ha resentido», comentó en entrevista con Unión Radio.
Recordó que las editoriales privadas solo surten a los colegios privados, aunque dos ministerios «han demostrado interés» en volver a abrir las puertas. En 2015 el gobierno decidió que solo se distribuiría la Colección Bicentenaria en los planteles públicos, por lo que se prohibió el uso de textos de editoriales privadas. Como 80% de los planteles son públicos las editoriales privadas solo pudieron trabajar con 20%, recordó.
«Esta medida continúa vigente, pero en vista de la situación país y de que ellos dejaron de imprimir la Colección Bicentenaria están evaluando que las editoriales privadas vuelvan a dotar a los colegios públicos», enfatizó. «Son decisiones lentas, variables» pero «sí hay interés y nos solicitaron los catálogos». Implicaría dejar sin efecto la resolución vigente, estimó Mazparrote.
Según sus cálculos cada niño necesita unos cuatro libros para estudiantes de primaria y una cantidad mayor en bachillerato. Son unos siete millones de estudiantes que necesitarían unos 28 millones de libros que las imprentas locales pueden imprimir. Para este septiembre «podemos aportar la cuarta parte» de esos 28 millones de libros.
«Cada editorial posee más de 100 asesores pedagógicos, los docentes que producen los libros, los diseñadores gráficos, ilustradores. Es un trabajo arduo», destacó. Hay unas 10 editoriales dedicadas al texto escolar; se han perdido unas 15 en los últimos años.