Las editoriales tienen prohibida la entrada a los planteles públicos, recordó Julio Mazparrote, presidente del organismo. Pidió a las familias no comprar libros piratas
El vicepresidente de la Cámara de Editores, Julio Mazparrote, informó que ha habido interés de los docentes de retomar los textos escolares después de dos años de clases a distancia.
Hay interés «en despegar a los niños de las pantallas», enfatizó Mazparrote.
Algunas editoriales hicieron reimpresiones, otras tienen nuevos títulos y hay suficiente oferta de textos, aclaró. Cada editorial tiene sus cálculos de las necesidades. «Una editorial puede estar por el orden de 10 títulos», aseguró. «El área en la que más se compran libros son primaria y preescolar». Para bachillerato «los libros han ido desapareciendo, quizá por la tendencia a lo digital, y los profesores sugieren libros pero no son listas obligatorias».
Calculó que en los colegios privados hay 1,4 millones de niños «y a los niños se les solicitan entre dos a cuatro libros», por lo que se habla de cuatro a cinco millones de ejemplares. «No es suficiente para que el sector se recupere», porque «los costos se reducen en función del volumen de impresión». Imprimir 5 mil ejemplares «es muy riesgoso». Un silabario puede costar 5 dólares, una enciclopedia puede costar 25 dólares.
El vocero puntualizó que oficialmente no los dejan ingresar a los planteles públicos. Solamente cubrimos la demanda de colegios privados, que representa 20% de la demanda, precisó en entrevista con Unión Radio.
No hemos recibido respuesta positiva del Ministerio de Educación para poder ingresar, reiteró.
Mazparrote denunció que la piratería les está haciendo mucho daño, por la circulación de fotocopias y PDF. «Estamos pidiendo que no compren libros piratas».
Señaló que no tienen fuentes de crédito para hacer grandes inversiones. Para imprimir unos 20 títulos hubiese necesitado entre 20 mil y 30 mil dólares, estimó Mazparrote.