La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas, con la intención de crear consciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible.
Las abejas y otros polinizadores -como las mariposas, los murciélagos y los colibríes-, permiten que se reproduzcan muchas plantas, entre ellas numerosos cultivos alimentarios.
«Las abejas polinizan la mayor parte de las plantas que existen», le explica a BBC Mundo Carlos Vergara, doctor en entomología y profesor de la Universidad de las Américas Puebla, en México.
Señala la nota de BBC que «todas las plantas que tienen flor necesitan ser polinizadas para producir semillas y sobrevivir. Y, cerca de las dos terceras partes de la dieta de los seres humanos, provienen de plantas polinizadas».
Es a través de la polinización que los granos de polen se transfieren de la parte masculina de la planta a la femenina, o de una planta a otra de la misma especie, dando como resultado las semillas que forman las frutas y vegetales que consumimos.
Amenazas
Señala el reportaje de BBC, que las poblaciones de abejas han sufrido particularmente en Europa y América del Norte, por un fenómeno que se conoce como «problema de colapso de colonias», por el cual desaparece abruptamente de una colmena una cantidad considerable de abejas obreras.
Se desconoce la causa exacta de este fenómeno, pero se cree que se debe una combinación de factores, que incluyen virus y el uso de pesticidas.
No obstante, hay otras razones que explican la reducción en la diversidad de abejas.
La mayor amenaza, coinciden los expertos, es la pérdida de su hábitat natural, el cambio climático (que implica un aumento de la temperatura, inundaciones y sequías), y las malas prácticas agrícolas.
El avance de las ciudades y la reducción de los espacios forestales significan menos flores. Y sin flores, las abejas se quedan sin qué comer.
Con información de BBC y CNN